> Primera parte del reportaje

Ahora bien, pese a que es de sobra conocido, cabe recordar que el Deportivo Alavés no limita su captación internacional al citado continente. La red albiazul también está presente, por ejemplo, en diferentes países de Latinoamérica y en Croacia, donde, para Mikel González -otro de los hombres de confianza de Sergio Fernández-, “todo se ha estabilizado bastante” tres años y medio después de adquirir el 85% de las acciones del NK Istra.

“Hemos conseguido hacer del Istra un equipo competitivo que da mucho valor a la proyección de sus futbolistas más jóvenes, que era nuestro principal propósito. En la actualidad, seguimos intentando que el club sea autosuficiente tanto en lo deportivo como en lo económico y, para ello, lo más sencillo es seguir dando salida a las diferentes promesas que irrumpen y llaman la atención del mercado europeo”, aclara. Esta última es, por tanto, una de las razones por las que el flujo Pula-Vitoria ha sido mínimo hasta ahora.

Desde 2018, el único futbolista croata que ha llegado a la capital alavesa ha sido Mateo Tomic y, “aunque puede darse algún caso”, nada hace pensar que esto vaya a cambiar próximamente. “Este es uno de nuestros principales debates internos. Sin embargo, en general, prevalece el hecho de que en Croacia van a tener muchas más oportunidades que en el Glorioso de jugar en la máxima categoría”, explica.

En esa misma línea, al preguntarle a Mikel González sobre qué factores deciden que los fichajes provenientes de África u otros lugares terminen en las categorías inferiores del cuadro gasteiztarra o en el país balcánico, este se centra en el nivel futbolístico: “Si se trata de un jugador que puede ofrecer un rendimiento inmediato, va siempre al Alavés. Si, por el contrario, es joven pero necesita experiencia ante rivales de nivel, se marcha al Istra”.

De todas formas, si todo este trabajo -el que se hace en Croacia y también en otros sitios- va a dar o no sus frutos el tiempo lo dirá. ¿Cuánto habrá que esperar? Esa es la interrogación más compleja, pero no por ello se queda sin respuesta. “A pesar de que ya estamos viendo resultados, creo que para valorar realmente los pasos que se han dado en la cantera hay que esperar más. Si inicias una captación en categoría cadete, mínimo son cinco o seis años hasta que asoman la cabeza, como está haciendo Jesús Owono ahora, por ejemplo”, estima.

Lo importante, eso sí, es que se mantenga la continuidad que se ha tenido en las últimas temporadas. Algo que, en principio, no corre peligro incluso en el peor de los casos. “Yo entiendo que el club tiene muy claro que su futuro va por este camino y que en ese área no debe tocar mucho. Si, por desgracia, se descendiera a Segunda, supongo que habría que ajustar varias cosas, pero dudo que se apostara por un cambio drástico porque sería como cortar toda la cadena de producción”.