Desde que fichó por el Deportivo Alavés el pasado mes de enero, Jason Remeseiro ha sido, sin lugar a dudas, la apuesta de José Luis Mendilibar para la banda derecha. Una decisión, en principio, previsible a sabiendas de las aptitudes del gallego, quien, en sus anteriores equipos, siempre se había caracterizado por su capacidad para llegar a la línea de fondo y colgar buenos balones al área -algo que necesitaba urgentemente el técnico vizcaíno-, y también como consecuencia del pobre rendimiento que había generado esa posición a lo largo de la primera vuelta.

No obstante, tras seis partidos consecutivos como titular (Athletic, Betis, Barça, Elche, Valencia y Real Madrid), Jason ha perdido todo su protagonismo en las últimas dos jornadas. Y lo ha hecho, además, sin previo aviso, pues, pese a que había tenido algún altibajo -sobre todo en sus dos primeros encuentros-, sus actuaciones como albiazul estaban siendo bastante positivas y nada hacía pensar que el preparador de Zaldibar prescindiría de él en el once inicial.

Hasta que lo ha hecho, claro. En las contiendas ante el Getafe y el Sevilla, una en el Coliseum Alfonso Pérez y otra en Mendizorroza, el elegido por Mendilibar para ocupar la posición más adelantada del carril diestro ha sido Edgar Méndez y este, lejos de dejar pasar el tren como en otras ocasiones, ha aprovechado la oportunidad con dos despliegues notables que, incluso, han llegado a recordar, aunque con diversas diferencias, a su mejor versión. Esa que se vio por última vez cuando el Alavés merodeaba la zona noble de Primera División y, al mismo tiempo, soñaba con levantar la Copa del Rey.

Por aquel entonces, el tinerfeño era un jugador más incisivo y, por ende, peligroso que solía pecar de egoísmo en muchas acciones. Ahora, sin embargo, esto último lo ha dejado atrás y, siempre que el físico le acompaña, es un auténtico quebradero de cabeza para los rivales. No por su velocidad y mordiente, que no es la de antaño, pero sí debido a su entendimiento de los partidos, como se vio ante el Getafe, y por su aún existente capacidad goleadora, la cual, tras la de Joselu, es la más potente de la plantilla gasteiztarra.

Asimismo, a lo que se acaba de mencionar hay que añadir una faceta que el canario mostró frente al Sevilla. Y es que, en una variante contraria a lo que siempre había sido, Edgar fue el albiazul que más ocasiones de peligro brindó a sus compañeros en el choque contra los hispalenses, quienes pudieron contar hasta tres centros peligrosos del canario que, por desgracia, nadie logró emplear para batir la portería defendida por Bono.

Ahora bien, a pesar de que es una realidad que el diecisiete babazorro ha sido uno de los mejores futbolistas del Alavés en los dos últimos compromisos ligueros, también lo es que han hecho falta nada menos que 25 jornadas para ver por fin una versión positiva de él. Por tanto, su labor ahora debe ser mantener ese nivel, el cual, además de ayudarle en lo personal -no hay que olvidar que termina contrato el próximo 30 de junio-, permitirá que el Glorioso tenga más opciones de lograr la permanencia no solo por lo que sea capaz de aportar sobre el césped, sino por la competencia sana que va a crear con Jason, que seguro tratará de recuperar la titularidad.

El tercero en discordia

Para finalizar, es importante mencionar que Edgar y el extremo coruñés no son las únicas opciones con las que cuenta Mendilibar para ocupar la banda derecha. En concreto, el técnico de Zaldibar tiene a su disposición uno más, cuyo nombre es Facundo Pellistri, pero, por lo visto hasta ahora, este es el que menos papeletas alberga para tener minutos en esta recta final tan intensa de la temporada. Y eso que, tras su alentador estreno con la selección absoluta, el uruguayo esperaba tener, según él mismo admitió en varias entrevistas a medios de su país, más protagonismo con la zamarra vitoriana.

Sin embargo, tal y como ha sucedido en otras zonas del campo -especialmente en la medular-, el vizcaíno considera que los jugadores con experiencia en Primera División son los que deben sacar las castañas del fuego al Alavés. Algo de lo que carece la promesa uruguaya y a lo que hay que sumarle, por otro lado, un rendimiento bastante pobre a lo largo de los 18 encuentros que ha disputado como albiazul en la presente campaña.

El extremo tinerfeño le ha quitado el sitio a Jason Remeseiro, quien, desde su llegada en enero, había sido siempre de la partida

La tercera opción -y la que menos papeletas tiene para jugar- es Facundo Pellistri, al que Mendilibar no ha dado opciones desde su regreso