Aunque el resultado de la contienda vivida el sábado en el Santiago Bernabéu fuera muy desfavorable para el Deportivo Alavés, lo cierto es que no todo fueron malas noticias durante la derrota frente al Real Madrid. En concreto, lo más positivo -y probablemente lo único en toda la segunda mitad- para el conjunto babazorro fue el regreso a los terrenos de juego de Ximo Navarro, que saltó al césped merengue en el minuto 83 como relevo de Rubén Duarte.

De esta manera, el lateral granadino puso fin a más de 100 días sin poder vestir la zamarra albiazul o, lo que es lo mismo, a una dura travesía que arrancó en el Camp Nou el pasado 30 de octubre, cuando, en una acción aislada del choque contra el FC Barcelona, sufrió una rotura parcial del ligamento cruzado de la pierna izquierda. Contratiempo que, cabe recordar, le habría impedido jugar en toda la temporada si hubiese sido un poco más grave de lo que ya fue.

Por fortuna, Ximo ya está de vuelta y, con su regreso, plantea una seria duda a José Luis Mendilibar, quien, en la actualidad, no tiene huecos libres para el nazarí en su zaga. O no, al menos, en el esquema actual del Alavés, pues, salvo cambio repentino de opinión, los centrales titulares son Florian Lejeune y Víctor Laguardia, disponible tras cumplir ciclo de tarjetas ante los blancos; y el carril derecho es para Nahuel Tenaglia, cuyo fichaje se acometió con el único objetivo de ganarle el puesto a Martín. Algo que, por cierto, ya ha conseguido el argentino, pero todavía sin mejorar el rendimiento del vitoriano.

Ahora bien, el planteamiento anterior no es tan sencillo como parece, ya que, pese a que el andaluz ha estado casi cuatro meses sin jugar, este cuenta con aptitudes que los demás defensores no tienen -o no han demostrado- y que encajan a la perfección con el estilo del técnico de Zaldibar, por lo que, si alguien puede hacer variar el, en apariencia, inamovible once tipo del cuadro gasteiztarra, es precisamente él.

Para ello, Ximo deberá demostrar al preparador vizcaíno que aún mantiene su velocidad diferencial, la cual puede ser protagonista bajo la premisa de una línea adelantada; y, sobre todo, su capacidad para, de manera incansable, aparecer en absolutamente todas las zonas del campo y, de este modo, ayudar al Glorioso en las dos facetas del juego. Una labor que, por ejemplo, está cumpliendo Mamadou Loum en el centro del campo últimamente.