A Joselu Mato le restan menos de seis meses de contrato con el Deportivo Alavés y eso le ha convertido en uno de los principales objetos de deseo con los que cuenta LaLiga. Algo de lo que es consciente la entidad del Paseo de Cervantes, cuyo interés por renovar al ariete gallego ha sido en vano; pero que también saben a ciencia cierta los aficionados babazorros, que solo piensan en disfrutar al máximo de su estrella antes de que se despida el próximo 30 de junio; y, asimismo, los diferentes equipos que están tras la pista del delantero, quienes, desde el 1 de enero, tratan de no quedarse atrás respecto a sus competidores en las negociaciones con el propio futbolista y sus representantes.
Pues bien, habida cuenta de lo anterior, lo cierto es que Joselu va a formar parte este domingo de una narrativa que le señala como protagonista. Y es que, tal y como han confirmado varios medios levantinos en las últimas semanas, el nueve albiazul saltará al césped de Mendizorroza para batirse frente a frente con uno de los muchos clubes que están peleando por hacerse con sus servicios. En este caso, un Valencia de José Bordalás que busca desesperadamente al atacante ideal para suplir y mejorar a Maxi Gómez, que se ha quedado sin crédito en Mestalla después de varias actuaciones muy flojas a lo largo de esta temporada.
Ahora bien, lo interesante de toda esta situación no es el hecho de que una escuadra tan importante como la che quiera fichar al gallego, pues, en la actualidad, nadie se sorprende cuando cualquier entendido del fútbol destaca a Joselu como uno de los mejores delanteros de la competición e, incluso, de Europa. En realidad, merece mucho más la pena dejar el presente a un lado, echar la vista atrás y valorar el proceso que ha seguido el ariete nacido en Stuttgart para transformarse en el jugadorazo que es hoy en día y, mientras tanto, convertirse en una leyenda viva del Alavés.
Porque, pese a que muchos lo hayan olvidado, Joselu aterrizó en Vitoria-Gasteiz con la etiqueta de nueve sumamente errático y con nivel escaso para la máxima categoría. Una fama que le crearon en Inglaterra, durante su etapa en el Newcastle, y que, sin embargo, no le desmotivó a su llegada a la capital vasca, donde, desde el primer día, el club babazorro le transmitió confianza ciega en sus aptitudes hasta el punto de, en apenas una campaña, convertirse en la piedra angular del proyecto.
Desde entonces, el gallego ha marcado muchos goles. Tantos que, en un visto y no visto, ha logrado fulminar el récord de máximo anotador del Glorioso en Primera División que tenía el mítico Javi Moreno (29) y, hasta la fecha, lo ha establecido en 33, lo que le permitirá permanecer en lo más alto de ese ranking individual durante años -aunque bien podrían ser varias décadas-. Y esto, claro está, sin olvidar que este curso, al que aún le restan 15 jornadas, ha sumado ya 11 dianas que le han metido de lleno en la pelea por el Trofeo Zarra que lideran Juanmi y Raúl de Tomás con 12.
No obstante, su habilidad para batir a los guardametas rivales no es lo único que hace especial a Joselu. Incluso se podría decir que, entre todos sus puntos fuertes, ese es de los menos llamativos, ya que, más allá de ser el pichichi del Alavés, también ha conseguido -gracias a su hegemonía en las alturas- ser el eje en el que se fundamenta el juego ofensivo del equipo tanto con Asier Garitano en primera instancia como con Muñiz, Machín, Abelardo, Calleja y Mendilibar después.
Por todo lo anterior, no es sorprendente que, a pesar de que la dinámica actual sea horrorosa, el mero hecho de tener un futbolista así en la plantilla permita seguir creyendo en la salvación en el Paseo de Cervantes. Sobre todo, ahora que se ha incorporado a Manu Vallejo, quien, en principio, está llamado a ser -a partir de esta jornada- el socio ideal del ariete gallego en la delantera gasteiztarra.
Cuando ambos jugadores consigan entenderse, el Alavés dará un paso muy importante al frente en su parcela ofensiva, la cual ha sido uno de sus principales problemas a lo largo de la temporada; y, de esta manera, logrará tener argumentos para pelear por la permanencia. Especialmente, si a esa mejoría en ataque se le suman también mejores actuaciones en defensa, pero ese es otro tema.
Una temporada más, los goles y la labor ofensiva del atacante albiazul mantienen con opciones de salvación al conjunto gasteiztarra