El Glorioso no teme a nadie. El conjunto babazorro está en estado de gracia y lo confirmó en el Sánchez Pizjuán convirtiéndose en el primer equipo que puntúa en el feudo del Sevilla en lo que va de liga. El empate, sin embargo, supo a poco después de haber mandado en el electrónico durante toda la segunda parte y escapársele el triunfo de entre las manos en el descuento.

Calleja apostó de inicio por su once de gala, con la única novedad respecto a anteriores jornadas del ingreso de Edgar Méndez por la derecha en lugar de Pellistri. Lopetegui, con la cabeza puesta en la Champions League, sí que introdujo alguna novedad como la presencia de Idrissi y Agustinsson por la banda izquierda u Oliver Torres en la sala de máquinas. El Alavés, sin más pájaros en la cabeza que intentar rascar puntos en uno de los ruedos más difíciles de Primera, entró al partido más enchufado que su rival y logró sorprenderlo nada más empezar.

Primero, Joselu puso a prueba a Bono con un disparo escorado aprovechando una buena peinada de Edgar Méndez, pero el guardameta sevillista despejó a córner. En ese mismo saque de esquina, cuando aún no se habían cumplido los cinco minutos de juego, Laguardia aprovechó un tremendo fallo de concentración de la zaga andaluza y, libre de marca en el segundo palo, remató de cabeza a placer a la izquierda de Bono, anticipándose a cuatro defensores que presenciaron en primera línea el segundo tanto del maño de la temporada, ambos de córner.

A partir de ese momento, el Sevilla, obligado a lanzarse al ataque, fue poco a poco haciéndose con el control del encuentro, aunque el Alavés no se encontraba incómodo en esa situación, haciéndose fuerte atrás e intentando salir en velocidad cada vez que tenía la oportunidad de hacerlo. De hecho, los locales apenas consiguieron hacer daño durante la primera media hora, en la que solo pusieron en apuros a Pacheco con un remate de tacón al primer palo de Mir que se fue rozando el poste. La resistencia babazorra, sin embargo, solo duró hasta el minuto 37, cuando Montiel logró pisar línea de fondo tras un excelente pase al espacio de Oliver Torres y centrar para que Ocampos, libre de marca en el centro del área, batiera a Pacheco con el interior.

Diluvio en Nervión

Tras el tanto del empate, parecía que el Sevilla empezaba a encarrilar la remontada y, de hecho, Pacheco tuvo que salvar al Glorioso con un paradón a un remate de cabeza de Rafa Mir. A pesar de ello, el Alavés logró dar un mazazo psicológico justo antes del descanso. Con el tiempo ya cumplido, el VAR acertó al señalar un penalti por mano de Ocampos en la barrera al bloquear un disparo de falta de Toni Moya y Joselu lo transformó con ayuda de la intensa lluvia que azotó Sevilla en el día de ayer, ya que Bono acertó la trayectoria de su disparo a su derecha, pero el balón de le escurrió por debajo del cuerpo tras botar.

EL diluvio continuó durante el descanso y al regreso de vestuarios el césped estaba impracticable. Por momentos, condicionado por los charcos y la dificultad de jugar el balón por abajo, el encuentro adquirió un guion propio de otra época o de la actual Regional Alavesa, con fallos constantes en los pases y el manejo del esférico y la apuesta forzada por el balón aéreo.

Tocó bajar al barro y en este escenario fueron los jugadores más prácticos y físicos los que cobraron protagonismo. Lopetegui intentó reaccionar con los cambios, pero las más claras las tuvo el Alavés con dos centros al segundo palo a los que llegó Edgar en buena posición, pero no logró dirigir el esférico a portería. Por pura inercia, el Sevilla fue cada vez acercándose más a los dominios de Pacheco. Los incansables Rafa Mir y Ocampos tuvieron sus opciones, pero no fue hasta el minuto 91 cuando llegó el empate en una desafortunada jugada en la que Lejeune despeja de cabeza un centro a los pies de Rakitic y el croata no perdona con un disparo cruzado lejos del alcance de Pacheco. Al final, el Alavés terminó pidiendo la hora, pero pudo sumar un punto con el que no contaba y que puede resultar clave a final de temporada, aunque sabe a poco por las circunstancias.