El Alavés logró ante el Elche tres puntos revitalizantes en un partido clave, contra un rival directo, que sirven para dejar atrás la alarmante situación de hace una semana y reforzar la figura de Calleja.

Satisfecho con cómo fueron las cosas en Cádiz, el técnico alineó prácticamente el mismo once, repitiendo formación e introduciendo a Lejeune, Pina y Pons en lugar de Miazga, Moya y Manu García. Conscientes ambos equipos de la importancia del choque, se preocuparon durante los primeros compases más de cubrirse las espaldas que de atacar. Eso sí, el Elche fue el que tuvo la iniciativa en la posesión del balón, lo que le llevó a acercarse al área en varias ocasiones mediante centros de Lucas Pérez, que no encontraron rematador. El Alavés, por su parte, buscó presionar arriba y aprovechar los errores del rival para atacar la portería de Casilla.

A pesar del dominio del Elche y el ímpetu albiazul, lo cierto es que no sucedió nada reseñable en las áreas hasta el minuto 35, cuando, tras ganarle Lucas Pérez la espalda a Lejeune, combinó con Boyé y este recortó en el borde del área y golpeó con dureza a portería, obligando a Pacheco a despejar. La más clara, sin embargo, la tuvo el Deportivo Alavés con una doble ocasión en el minuto 38. Rioja, en una de sus galopadas por la banda izquierda, puso un balón medido al segundo palo con la pierna derecha y por allí apareció Ximo Navarro, que metió la cabeza, pero se encontró con una excelente respuesta de Casilla, que demostró tener grandes reflejos, y el rechace, que le cayó a Pere Pons, se marchó fuera rozando el palo derecho cuando algunos aficionados ya cantaban gol. Poco más ocurrió hasta el intermedio, al que se llegó con el mismo marcador con el que empezó el encuentro.

Gol tras el descanso

Si en la primera mitad las ocasiones llegaron con cuentagotas, en la segunda el Alavés solo tardó unos segundos en tener la más clara del partido hasta ese momento. Pellistri alcanzó la línea de fondo y cedió para Joselu, que solo contra Casilla intentó cruzarla, pero el cancerbero sacó otra vez una mano milagrosa, intuyendo hacia dónde iba a ir el remate y desviando córner. No le dio tiempo al cuadro alicantino a quitarse el susto del cuerpo, ya que en ese mismo saque de esquina llegó el gol del Glorioso. Laguardia peinó el centro de Pere Pons en el primer palo y Mamadou Loum, aprovechando el despiste de su marca, llegó al segundo palo para empujar a placer al fondo de las mallas, desatando la alegría en las gradas de Mendizorroza.

Siempre que el Alavés se ha puesto por delante en el marcador esta temporada, ha ganado el partido, y esta vez no fue una excepción. A partir del 1-0, el conjunto local se encontró más cómodo, renunció a tener el balón y se hizo fuerte en defensa. Los cambios ayudaron a oxigenar a los gasteiztarras, mientras los de Escribá se iban deshinchando con el paso de los minutos. De hecho, el Glorioso tuvo la oportunidad de ampliar la ventaja en otra llegada de Pellistri, que volvió a conectar con Joselu, en esta ocasión más alejado, que remató a las manos de Kiko Casilla.

Parecía que el Alavés iba a mantener el resultado sin demasiadas complicaciones, pero aún le tocaría sufrir. Primero, por la peor noticia del encuentro, que fue la lesión de Fernando Pacheco en el despeje de un córner, en el que se torció el tobillo derecho al aterrizar. El extremeño quiso seguir jugando, pero finalmente se vio obligado a abandonar el césped y ceder su puesto en la portería a Antonio Sivera. Justo antes de la sustitución, en el minuto 80, el Elche logró marcar en una accidentada jugada en la que un mal centro de Gumbau, demasiado bajo, terminó envenenándose tras el toque de Benedetto y, después de tocar en Lejeune, Carrillo se quedó solo y batió a Pacheco. Sin embargo, el VAR llamó a Gil Manzano, que terminó señalando fuera de juego al estar el ariete argentino adelantado en el momento en el que toca Benedetto.

Al final, el Glorioso logró mantener el tipo y sumar su segunda victoria consecutiva ante un rival directo, que le sirve para abandonar la zona de descenso, reenganchar a su afición y poder afrontar la visita al Barcelona con las aguas calmadas.