Los aficionados al fútbol son muy particulares. Aunque todos ellos persiguen la belleza, el significado que cada individuo le da a este término es muy diferente. Mientras algunos vibran y se emocionan con el juego de toque, donde lo estético y plástico toma el protagonismo, otros, por su parte, solo necesitan un pase directo y una carrera, con su inherente esfuerzo físico, para levantarse de su asiento y entonar un grito de ánimo que se escuche en todo el estadio.

Sin embargo, todas esas preferencias desaparecen cuando llega el gol. Un elemento disruptor que, sin importar el camino que se haya tomado para conseguirlo, provoca un estado de euforia homogéneo y contagioso en aquellos que pueden celebrarlo y que, además, olvidan cualquier penuria que su club haya pasado previamente para compartir ese momento con quienes les rodean.

El principal problema del deporte rey nace en el momento en el que se vuelve frío y pierde todo su valor sentimental. Una sensación no inédita hasta ahora, pero que sí se ha dado de forma más común en el último año y medio, cuando, a raíz de la pandemia del covid-19, los seguidores perdieron la oportunidad de acudir a su segunda casa y tuvieron que conformarse con ver a su equipo a través de una pantalla y, mayoritariamente, sin la compañía habitual. Algo, sin duda, difícil de tolerar tanto para los que no pudieron festejar éxitos como, sobre todo, para los que sintieron impotencia por no poder llevar en volandas a sus futbolistas cuando más lo necesitaban.

Esto último, se dio especialmente en Mendizorroza. De la noche a la mañana, el Deportivo Alavés perdió a su principal activo y tuvo que luchar en solitario ante las adversidades más feroces de su actual etapa en la máxima categoría, en la que se mantuvo gracias a un triunfo frente al Real Betis en el Benito Villamarín y otro ante el Granada en el Paseo de Cervantes. Por fortuna, la luz al final del túnel apareció al comienzo de este curso, que permitió a parte de la afición albiazul regresar al feudo gasteiztarra, y se salió de este en el choque frente al conjunto verdiblanco del pasado 18 de octubre.

Aquel día, los alavesistas pudieron volver a Mendisin ningún tipo de limitación de aforo y eso, entre otras cosas, permitió el retorno completo de las peñas al estadio. Quienes, por ejemplo, no faltaron a la cita -al igual que no lo harán a la de esta tarde contra el Elche- fueron los miembros de Aguraindarrak y DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA les ha querido llevar de vuelta al coliseo babazorro para conocer su historia, entender cómo han vivido esta travesía y, además, saber qué les está pareciendo el inicio liguero del Glorioso.

Álex Cariñanos es el presidente de este grupo de fanáticos y data la fundación en noviembre de 2017, época en la que el conjunto gasteiztarra peleaba también por salir del descenso tras un mal arranque. "Dimos el paso porque no era lógico que en Agurain no hubiera una peña del Alavés y sí hubiese del Athletic y de la Real Sociedad. Sobre todo, teniendo en cuenta la cantidad de aficionados albiazules que tenemos allí, que son muchos más que los que estamos inscritos (71)", explica.

Este alavesista, socio desde el año 2000, regresó a Mendizorroza en el choque ante Osasuna y recuerda a la perfección lo que sintió al subir los vomitorios y ocupar su lugar en la grada tras un año y medio sin poder hacerlo: "Pese a que no hubo el ambiente de siempre, no pude evitar que se me cayeran las lágrimas. Fue muy emotivo, pero lo sentí casi más ante el Betis, cuando ya las gradas cogieron un color similar al de antes de la pandemia".

Israel Cortijo y Marimar Beltrán de Guevara, por su parte, también echaron de menos sobremanera sus vivencias en el

Paseo de Cervantes. El primero, en especial, define su vuelta como una "liberación" por el hecho de disfrutar otra vez del fútbol con sus amigos, pues esa había sido su rutina desde hace muchos años; y la segunda, asimismo, cuenta que se le formó un nudo en la garganta. "Fue un cúmulo de emociones. Me acordé de muchas historias y, en especial, de mi padre, quien, cuando yo era pequeña, me contagió su pasión por el Glorioso".

Por otro lado, pese a que el arranque liguero del Alavés no ha sido bueno, todos ellos tienen muy claro que su presencia en Mendi y, además, hacen una llamada a todos los demás seguidores albiazules para que, si el horario se lo permite, aporten hoy su voz. En especial, tras el triunfo contra el Cádiz, en el que los futbolistas babazorros vieron recompensado su infinito esfuerzo: "Somos una afición que está en las buenas, pero sobre todo en las malas. Los jugadores están yendo de menos a más y es muy importante que sientan nuestro aliento. Cuanto mayor ambiente haya, mejor".

Asimismo, los tres forofos también comparten la opinión de que el líder indiscutible del barco alavesista es Javi Calleja. "Cuando las cosas no marchan bien, lo más fácil es echar al entrenador. Sin embargo, el madrileño hizo un trabajo espectacular la temporada pasada, cuando parecía que nos íbamos a Segunda División, y yo estoy al 100% con él", manifiesta Álex y asienten tanto Israel como Marimar.

Para finalizar, como prueba del positivismo y la confianza después de la victoria en el Nuevo Mirandilla, se les ha pedido una porra para el partido de esta tarde ante el Elche y los tres resultados han sido favorables al Deportivo Alavés (2-0, 3-0 y 1-0). Cualquiera de ellos le daría un fuerte empujón en la tabla clasificatoria al Glorioso, que brindaría a su gente el segundo triunfo como local del presente curso.

Puro alavesismo. La peña Aguraindarrak se fundó en noviembre de 2017 y, desde entonces, han promovido el sentimiento por el Deportivo Alavés en Agurain/Salvatierra. En la actualidad, pese a la pandemia, cuentan con 71 miembros que, una vez al año, se juntan para compartir sus vivencias albiazules. Además, antes de la llegada del covid-19 también seguían los partidos visitantes del 'Glorioso' en la cafetería Jai Alai de la propia localidad alavesa. Su presidente es Álex Cariñanos, socio del conjunto babazorro desde hace más de dos décadas.

71

Pese al parón futbolístico debido al covid-19, la peña Aguraindarrak sigue manteniendo un número elevado de miembros. En la actualidad, este grupo de forofos del Deportivo Alavés cuenta con 71 intengrantes y, ahora que se acerca la normalidad, espera ampliarlo.