Fichar no es una tarea nada sencilla. Todos los equipos, tanto los que invierten grandes cantidades como los que buscan buenas opciones al menor precio posible, se ven obligados a aceptar al final de cada curso que, al igual que han acertado con algunas incorporaciones, también han fallado en otras tantas. Este hecho, siempre que las primeras superen a las segundas, no es un problema, pues eso suele conllevar que los objetivos, aunque a veces con excesivo sufrimiento, se acaben cumpliendo.

Este, por ejemplo, es el caso del Deportivo Alavés y de Sergio Fernández. El leonés llegó al club de Mendizorroza en el verano de 2016 y, desde entonces, ha agitado la plantilla del cuadro babazorro en cada nuevo mercado en busca de las mejores opciones para asegurar la permanencia -adecuándose, además, a las estrictas limitaciones económicas impuestas por el club-. Un objetivo, a la vista está, que ha conseguido, puesto que el Glorioso, teniendo en cuenta la que arrancará dentro de un mes y medio, seis temporadas consecutivas en la máxima categoría del fútbol estatal.

No obstante, además de aciertos y errores, la secretaría técnica alavesista también ha tenido que hacer frente en los últimos años a un tercer grupo de futbolistas: las incógnitas, que se han convertido en su principal punto a mejorar. Este perfil lo cumplen esos jóvenes por los que en un principio se apostó y luego acabaron marchándose de Vitoria-Gasteiz sin pena ni gloria -ni tampoco oportunidades para demostrar lo que valen-. Es cierto, eso sí, que por alguno de ellos se sacó un interesante beneficio económico (Demirovic, Verdón, Miérez), pero otros muchos no dejaron nada significativo (Entrena, Glauder, Nando, Anderson, Rafa Páez, Rafa Navarro) e incluso llegaron a suponer un problema para la entidad (Fuchs).

En esa misma línea, el último jugador que ha entrado en ese conjunto de interrogantes es Javi Muñoz. El centrocampista madrileño llegó al Alavés procedente del Real Madrid Castilla durante el verano de 2018 y el lunes se despidió del conjunto vitoriano después de haber sido cedido en tres ocasiones (Real Oviedo, Tenerife y Mirandés) y únicamente haber jugado 53 minutos como babazorro -en un partido ya decantado frente al Barça en el Camp Nou-.

Tenga o no el mediocentro de Parla nivel para jugar en Primera -ha rendido notablemente con los jabatos esta temporada, pero las dos anteriores, con los carbayones y los tinerfeños, fueron discretas-, lo que sí merece reflexión es la intención con la que se incorporan este tipo de jugadores al Glorioso cuando en ningún momento se plantea ofrecerles la opción de demostrar su valía con la camiseta albiazul y, a tenor de esto, se ven obligados a cambiar de equipo cada verano, lo que dificulta su progresión.

En la misma situación que Muñoz está Saúl García, que acumula dos cesiones consecutivas (Rayo y Sporting) y todo indica que este verano sumará otra sin aún haber debutado con el Alavés. También podrían estarlo en un futuro Carlos Isaac, que el curso pasado jugó prestado en el Albacete, o incluso Toni Moya, el primer fichaje de este mercado estival, si no se les brinda minutos como los que sí ha tenido Tachi, que es un buen ejemplo de cómo meter en dinámica de la máxima categoría, aunque podría haber jugado algo más, a un futbolista joven y sin experiencia en la élite.

Semejante, pero no idéntico, es también el caso de algunas supuestas promesas que llegan cedidas al Alavés. En este sentido, lo habitual es acordarse de grandes aciertos como los de Marcos Llorente, Theo Hernández o Munir. No obstante, otros muchos han llegado al club babazorro y lo han abandonado sin que los aficionados alavesistas pudieran siquiera aprenderse sus nombres.

De nuevo, carece de sentido la incorporación de futbolistas como Álex Blanco (14 minutos), Ismael Gutiérrez (0') o Tomás Tavares (238'), que ocupan una ficha, restan un porcentaje al límite salarial y en ningún momento llegan a contar para el técnico que en ese momento esté al mando.

Pretemporada. Uno de los jugadores que en próximas fechas podría tomar la vía Croacia-Vitoria es Taichi Hara. El delantero nipón, de 22 años, ha realizado una buena campaña con el NK Istra, donde ha marcado ocho goles y ha repartido tres asistencias, y está cerca de cerrar su incorporación al Deportivo Alavés, que está dispuesto a darle en pretemporada una oportunidad de quedarse en el primer equipo babazorro. Hara llegó al conjunto croata procedente del FC Tokyo y ha sido nominado por la liga balcánica como uno de los tres mejores jugadores sub-21 de la competición. No obstante, pese a sus notables actuaciones, parece que no será parte del combinado nacional de Japón para los Juegos Olímpicos que arrancarán en la propia capital nipona a finales de julio y que reunirán a las mejores selecciones sub-23 de todo el panorama internacional.