os son las vidas que tuvo la trayectoria futbolística de Emilio Arbaizar en el Deportivo Alavés a lo largo de sus cinco temporadas (cuatro y media) como albiazul. Emilio Arbaizar nace en Miranda de Ebro, su padre era de ascendencia navarra y su madre natural de Placencia de las Armas (hoy Soraluze, Gipuzkoa) y estudia en el Colegio de los Sagrados Corazones de la localidad burgalesa. En este colegio, abierto a los estudios de alumnos externos desde 1883, también habían estudiado Manolo Meana (Sporting de Gijón y seleccionador nacional), Gorostiza Bala Roja y Lafuente (Athletic Club) y el posteriormente albiazul Sañudo. Tras destacar en el CD Mirandés, es pretendido por el Real Zaragoza, pero las gestiones de Pepe Mardones, a la sazón entrenador de los rojillos y ex jugador del Deportivo Alavés, Real Madrid y Sabadell, consiguen que Arbaizar recale en Vitoria en la triunfal temporada 1953-54, que desembocará en el ascenso a Primera, formando una delantera que se recitaba de memoria: Arbaizar, Etxeandia, Remacha, Etxaniz e Ibarra. La prima de fichaje fue de 25.000 pesetas (150 €) y el sueldo mensual de 1.500 pesetas (9 €).
Tras conseguir el ascenso a Primera División y ser eliminados del Campeonato de España por el Real Madrid (1-9 de global), Arbaizar realiza el servicio militar obligatorio en Vitoria y allí se le detecta una dolencia pulmonar. El Deportivo Alavés le concede la carta de libertad y Arbaizar, por su cuenta, se presenta en el sanatorio de Leza en el municipio alavés de Laguardia, donde los cuidados e indicaciones del doctor Múgica obran el milagro. “No tienes nada, tienes que estar una larga temporada de reposo, alimentarte mucho y realizar grandes caminatas”, le señala el afamado doctor del sanatorio alavés. Vuelve a Miranda y Arbaizar de los 70 kilogramos que pesaba jugando en el Deportivo Alavés, pasa a los 82 que pasea por los montes. Aquel cambio en su constitución le obliga a cambiar su forma de jugar. De ser un extremo rápido y con técnica excelente, pasa a ser, manteniendo la técnica, un delantero que entra al choque. Comienza a entrenarse con el Mirandés y recibe proposiciones del Oviedo y Atlético de Madrid. Cuando sale para Madrid para firmar por los colchoneros, Carlos Caballero, presidente albiazul, convence a Emilio y le vuelve a enrolar en el Deportivo Alavés.
Nos encontramos a finales de diciembre de 1954. El amor que siente Arbaizar por la vitoriana Blanca Gómez de Segura, su esposa más tarde, hacen el resto. Nuestro protagonista, que había jugado su último partido oficial con el Alavés el 9 de mayo de 1954, vuelve a vestirse de albiazul nueve meses y cuatro días más tarde. El 13 de febrero juega en el Santiago Bernabéu. Debuta en Primera con este once: Berasaluce; Sanz, Erezuma, Gorospe; Kaiku, Ibarra; Anchía, Arbaizar, Wilson, Echaniz e Iborra. Los blancos, capitaneados por Di Stéfano, vencen por 4-1, marcando el gol alavesista el gallego Wilson Jones. Pero la sociedad de aquella Vitoria de 1955 está traumatizada por el suceso acaecido la víspera de la reaparición de Arbaizar, en el Bar Carabanchel. El establecimiento se encontraba en la esquina de las calles Carlos VII (hoy Florida) y San Antonio, y en él, la noche 12 de febrero, son asesinados a tiros los hermanos Francisco y Pablo Santamaría, José María Lejarreta, José Martínez Muñoz y Julio César Beiztegui, los cinco por los disparos efectuados por Arturo Santamaría Rioja, muerto a las cinco de la mañana del 13 de febrero por un cabo de la Guardia Civil en la Plazuela de la Estación del Norte. La pequeña, pacífica y conservadora Vitoria de mediados del Siglo XX, no estaba para pensar en fútbol.
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13 de febrero de 1938.
Comienza la Copa Brigadas de Navarra que conquistarán los albiazules. Oriamendi- Alavés (7-2).
13 de febrero de 1966.
Un Alavés-Eibar (2-2) bajo el Diluvio Universal. El resultado no agrada a ningún equipo.
13 de febrero de 1983.
Gol polémico de Ernesto Valverde a los 90 minutos, al parecer con la mano, en un Alavés-Hércules (1-1).
datos
Arbaizar el 1 de abril de 1954, junto a los también albiazules Gorospe y Bolado, realizó una prueba con el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Según la prensa madrileña agradó más Arbaizar, “joven y con buenas maneras”. Marcó un gol.
Pertenecían a la alta sociedad vitoriana y entre ellos se encontraban un procurador de los Tribunales, un empleado del Ayuntamiento, un juez municipal suplente, un abogado y el hijo del que fuera alcalde de Vitoria, José Lejarreta.