- Pablo Machín insistió ayer con su característico esquema de tres centrales. Las ausencias de Lucas Pérez y Tomás Pina no trastocaron sus planes y el técnico soriano decidió sustituir hombre por hombre y situó a Deyverson junto a Joselu en la delantera y al canterano Mahmoud Abdallahi en el trivote de centrocampistas junto a Pere Pons y Rodrigo Battaglia. La gran novedad, sin embargo, estuvo en la línea de tres centrales, en la que Lejeune sustituyó a Rubén Duarte en el flanco izquierdo, en el que fue su estreno con la elástica albiazul. Sin embargo, la presencia del defensor francés no evitó que los errores defensivos que aparecieron en pretemporada y en el encuentro contra el Betis. El primer gol llegó en un balón en largo del Granada en el que, aunque Ely partía con ventaja, Soldado fue mucho más rápido que él en la carrera y no perdonó solo frente a Pacheco. Fue el único tanto del conjunto local en la primera mitad, pero pudieron ser más. Los carrileros, Luis Rioja y Edgar Méndez, no terminan de estar cómodos en labores defensivas y eso dio muchas facilidades ayer a Machís y a Puertas, que fueron un continuo dolor de cabeza para la zaga babazorra y obligaron a Laguardia y a Lejeune a estar pendientes de las espaldas de los carrileros.
De hecho, el Granada tuvo dos opciones muy claras después del empate de Joselu que desaprovechó. Primero, Yangel Herrera remató de cabeza solo un córner que se le fue fuera rozando el palo y a los pocos minutos fue Puertas quien remató mal un pase de la muerte de Machís que lo dejaba solo en el área pequeña después de que Lejeune perdiera su marca. Más allá de esa acción, el francés estuvo bien en los cortes defensivos y envió varios buenos balones en profundidad a sus delanteros.
El empate en el marcador fue la mejor noticia de la primera parte para el conjunto gasteiztarra y en el descanso Pablo Machín decidió dejar de lado sus ideas para recuperar el esquema 4-4-2 que tantas veces ha utilizado el Deportivo Alavés a lo largo de los últimos años. Con este movimiento el soriano sentó a los dos jugadores más flojos de la primera parte, Ely, que falló en el primer gol, y Abdallahi, que estuvo totalmente desaparecido en el centro del campo y al que se le notó la falta de experiencia en la máxima categoría. En su lugar entraron Ximo Navarro y Rubén Duarte, que se colocaron en los laterales, dejando a Edgar y a Rioja como extremos y a Pons y a Battaglia en la sala de máquinas.
Con el cambio de esquema la imagen del equipo mejoró notablemente. Ximo logró cerrar las internadas por banda de Machís y a los demás futbolistas se les vio mucho más cómodos jugando en su posición habitual. Edgar y Rioja se pudieron lanzar al ataque sin la preocupación de proteger sus espaldas y Lejeune y Laguardia se entendieron bien en el eje de la zaga.
De hecho, el Glorioso tuvo la oportunidad de llevarse la victoria con un remate de Edgar Méndez que detuvo Rui Silva y golpeó en el larguero. Acto seguido, la retaguardia gasteiztarra, intachable desde el inicio de la segunda mitad, descuidó sus espaldas y Machís, que en esa jugada estaba cubierto por Duarte, pudo rematar hasta en dos ocasiones en el segundo palo para anotar el tanto de la victoria. Es evidente que todavía queda mucho trabajo por delante para que el equipo domine el esquema 3-5-2. La duda es si merece la pena esperar a que lo asimile o regresar al más reconocible planteamiento de los cursos anteriores.
Luis Rioja y Edgar Méndez estuvieron más cómodos con Ximo y Duarte atrás, que frenaron las internadas de Antonio Puertas y Machís