- Hay entrenadores que adaptan su juego a las plantillas que les confeccionan, mientras que hay otros que mantienen fijo su libreto independientemente del perfil de sus jugadores. En el segundo de los compartimentos cabe incluir al nuevo prepara del Deportivo Alavés, un Pablo Machín que tiene una idea futbolística imprimida a fuego y cuyos conjuntos llevan un sello identificativo que los hace reconocibles por encima del resto. Lo que podría definirse como un equipo de autor, con una identidad propia y muy marcada y enormes diferencias con respecto a otros técnicos. Particularidades de un estilo nuevo que va a requerir de unas necesidades totalmente diferentes a la hora de confeccionar un proyecto que precisa de perfiles muy específicos. Ya sea mediante la contratación de nuevos jugadores que encajen en esas características o a través de la adaptación de otros que ya están en nómina a variantes del juego diferentes, cuestión esta última que se va a aplicar en muchos casos en El Glorioso.

La base de partida del técnico soriano son los tres centrales, por lo que ya de por sí se convierte en una demarcación que requiere más piezas en plantilla que las que se acostumbran para los entrenadores que solo juegan con la habitual pareja. Normalmente los equipos se confeccionan con cuatro futbolistas para esa zona, pero en este caso la misma se debería ir hasta cinco piezas, aunque hay perfiles que pueden doblar posiciones como pueden ser Ximo Navarro o Rubén Duarte. El planteamiento de juego del preparador de Gómara, además, requiere que al menos uno de ellos tenga buena salida de balón -de lo contrario, el mediocentro es el que retrasa la posición para encabezar esas funciones- y también resulta interesante que el encuadrado en el sector izquierdo sea zurdo para tener mayores facilidades en el juego. Al quedarse los tres solos cerrando cuando el equipo ataca, tienen que ser futbolistas muy hábiles en la lectura del juego para posicionarse y también veloces en sus movimientos para llegar a tapar los espacios cuando tienen que salir a cerrar hacia las bandas.

Otro concepto diferencial en el libreto de Machín es el que representan los carrileros. Que en la denominación de sus plantillas haya un concepto específico para esta demarcación -en su etapa en el Girona, la misma aparecía reseñada con la misma relevancia que la de porteros, defensas, centrocampistas o delanteros- habla bien a las claras de la relevancia que para el futuro entrenador albiazul tienen estas piezas que, sin ser laterales ni extremos, son los encargados de recorrer de cabo a rabo los dos costados.

El carrilero es una pieza fundamental en los conceptos tácticos de Machín, pues la mayoría del juego ofensivo se carga por las bandas. Tienen que contar con recursos técnicos para poder poner servicios de calidad desde los flancos y para pisar el campo ofensivo con profusión incluso cuando el juego se carga por el otro flanco -Machín suele preferir adaptar a extremos por este factor-, pero también la capacidad física de un gran atleta para recuperar metros hacia atrás y que los tres centrales no se queden vendidos.

Una visión de la demarcación completamente diferente, sobre todo cuando se viene de una última temporada en la que los laterales parecían estar atados a una cuerda invisible a los centrales, sin opción de atacar. Se trata de la posición más compleja de cubrir, pues requiere de unas características específicas muy difíciles de encontrar.

En el centro del campo, normalmente compuesto por tres piezas, también se requiere un despliegue físico importante en esa idea de ida y vuelta que propone Machín. El pivote es el encargado de descolgarse para ayudar en la salida de balón desde atrás, mientras que los otros dos medios ofrecen puntos de apoyo a distintas alturas en la creación o adelantan posiciones para disputar las segundas jugadas cuando se opta por el desplazamiento en largo al delantero.

Son tres perfiles de mediocampistas diferentes, pero en los que prima la capacidad para encontrar el pase al compañero con certeza y velocidad. Más posicional el pivote, siempre en labor de guardaespaldas; uno con características de box to box de largo recorrido y enorme despliegue físico que tiene en la figura de Pere Pons su ejemplo más claro; el tercero, de perfil más atacante y de calidad en el pase, con capacidad para sumarse al ataque desde la segunda línea y aparecer en el área.

Por último, Machín suele utilizar dos delanteros de características diferentes. Por un lado, el nueve clásico potente y poderoso en el juego aéreo que es destinatario de los desplazamientos en largo y ejerce de referente rematador -Joselu encaja como un guante en este planteamiento-, mientras que el segundo punta responde a un perfil más móvil, de calidad en la combinación y creativo con el balón, donde Lucas Pérez también encaja de maravilla en la que, en estos momentos, puede ser la demarcación que menos problemas presente en la configuración de la nueva plantilla.

En el mercado se buscarán jugadores que encajen con el sistema del técnico, pero también tendrá que reciclar a futbolistas que ya están

El 3-5-2 que emplea el técnico soriano va a obligar a variar sustancialmente muchos conceptos en el juego de todo el equipo