- La temporada ya ha terminado para el Deportivo Alavés, afortunadamente con un final feliz, y el club planifica ya el próximo curso, en el que intentará mantener la categoría con menos suspense que en la temporada 2019-20. Sin embargo, aún está pendiente de la conclusión del campeonato de Segunda División y de su fase de ascenso -de momento, todo paralizado sine die por la infección masiva de jugadores del Fuenlabrada-, ya que el transcurso del mercado de fichajes y algunas decisiones que se tienen que tomar en la confección de la nueva plantilla están supeditado a quién consiga la última plaza de ascenso a Primera División.
En efecto, el Alavés tiene a dos de sus futbolistas, el guardameta Antonio Sivera y el extremo Burgui, cedidos en el Almería y el Real Zaragoza, respectivamente, conjuntos que ya se han clasificado para disputar el playoff de ascenso. Ambos futbolistas cuentan con una cláusula según la cual tanto Almería como Zaragoza están obligados a adquirir al jugador en propiedad en caso de llegar a Primera División, por lo que si uno de los dos consigue el ascenso, el Alavés obtendrá ingresos por un futbolista con el que no cuenta para la próxima temporada. Un negocio en toda regla en cualquier caso, ya que, además de desprenderse de un futbolista que no entre en los planes de futuro, redundaría en un beneficio económico reseñable y también liberaría una ficha en una plantilla superpoblada.
Burgui ha arrastrado una rotura del ligamento cruzado desde mediados de la temporada 2018-19. Este curso ha conseguido recuperarse definitivamente, pero, al no entrar en los planes de Asier Garitano, se marchó cedido al Zaragoza en febrero con una opción de compra obligatoria de alrededor de un millón de euros en caso de ascender a Primera División. Teniendo en cuenta que no es un jugador que haya contado mucho para el Alavés y que termina contrato dentro de un año, su venta sería una buena operación y evitaría que dejara el Alavés libre dentro de un año. Además, cuenta con una ficha elevada que se liberaría, además de la amortización anual por su fichaje, que supuso un reseñable desembolso al Real Madrid y que computa en el límite salarial de cada temporada.
El Zaragoza ha terminado en tercera posición en liga, por lo que parte como cabeza de serie en la fase de ascenso. Sin embargo, sus sensaciones después de la cuarentena no han sido nada buenas y el conjunto maño, que ha pasado gran parte de la temporada en puestos de ascenso directo, ha perdido siete de los once partidos posconfinamiento. Para el Alavés sería una inmejorable noticia que el Zaragoza recuperase su mejor versión y lograse el ascenso a la máxima categoría, ya que así liberaría una ficha importante y tendría más margen a la hora de confeccionar la plantilla.
El caso de Antonio Sivera es similar. El guardameta llevaba desde 2017 a la sombra de Fernando Pacheco, disputando solo encuentros poco trascendentes o en los que el portero titular no estaba disponible. Campeón de Europa sub-21, Sivera se marchó cedido al Almería en el mercado de invierno en busca de un club en el que contar con minutos y seguir progresando. Para su decepción, no ha sido así, ya que ha seguido siendo el meta suplente y solo ha jugado cuatro partidos, los tres últimos por lesión de Fernando Martínez.
El Alavés, por su parte, trajo cedido a Roberto para ocupar su espacio y ha terminado siendo clave en la consecución de la permanencia. El madrileño ha jugado ocho de los últimos once encuentros, con actuaciones muy meritorias como la del Benito Villamarín, cuando ElGlorioso selló su continuidad en Primera División. El Almería, que ha terminado cuarto, está obligado a pagar una cantidad de entre cinco y ocho millones -la cifra inicial es el mínimo, mientras que a la máxima se accede a través de diversas variables y objetivos- por Sivera en caso de ascender a la división de oro. El precio sería probablemente bastante cercano al mínimo, ya que apenas ha jugado y no habrá cumplido con las variables, pero cinco millones sigue siendo una operación redonda para el Alavés, que con su marcha podría negociar el regreso de Roberto. La ficha de Sivera no es de las más altas, por lo que no se liberaría tanto espacio salarial como con Burgui, pero a cambio se obtendría una contraprestación por el traspaso muy superior. En el caso de animar a alguno de estos dos equipos, desde las oficinas del Paseo de Cervantes se tiene bastante claro hacia donde va dirigido su apoyo.
En cualquier caso, la entidad gasteiztarra tendrá todavía que esperar a que se defina el futuro de Burgui y Sivera, ya que el playoff de ascenso no se podrá disputar hasta que se solucione la situación del Fuenlabrada, cuyo partido contra el Deportivo de la Coruña se suspendió debido a la aparición de varios positivos por coronavirus dentro de la plantilla y se encuentra ahora confinado en un hotel de Galicia. Si gana se clasificará para la fase de ascenso, pero no se sabe cuándo podrá volver a jugar o cómo se resolverá el curso.