- Entre las innumerables noticias positivas del Deportivo Alavés en la jornada de ayer estuvo, sin duda, un Borja Sainz que se convirtió en un auténtico puñal para aportar capacidad de desequilibrio y toneladas de trabajo a la banda derecha de Asier Garitano. El extremo nacido en Leioa siempre recordará el 18 de junio del 2020 como la inolvidable jornada de su primer gol en la élite futbolística, aunque su momento de gloria llegó con el máximo suspense. Y es que el VAR necesitó más de tres minutos para verificar que la posición de Lisandro Magallán era completamente legal antes de que el central argentino le diera un pase de oro para que destapara su etiqueta de cazagoles dentro del área visitante.

El vizcaíno se convirtió en una de las sorpresas de la alineación inicial presentada por el técnico de Bergara, que no vio defraudada su confianza ante el estelar rendimiento ofrecido por un jugador punzante, intenso a la hora de presionar bien arriba la salida de balón de la Real Sociedad, habilidoso con el balón en los pies, con buena lectura del juego y sacrificado para recorrer infinidad de kilómetros hacia atrás y ayudar en tareas defensivas al lateral Ximo Navarro.

Lo curioso es que su tercera titularidad de la temporada llegó otra vez, al igual que sucediera en la primera vuelta, ante una Real Sociedad que pasó por Mendizorroza como alma en pena y apenas generó algo de peligro ante una de las versiones más rocosas y solventes del Alavés en este curso. Garitano quiso agitar al equipo tras la debacle en el RCDE Stadium y para la banda derecha escogió al joven futbolista de 19 años -renovado a finales del año pasado hasta 2023- en lugar de Oliver Burke, Edgar Méndez y el lesionado Aleix Vidal. Una apuesta de lo más valiente que le salió a la perfección al preparador albiazul, que encontró en Sainz a un futbolista muy completo, dinámico y bullicioso que se vació en labores ofensivas y defensivas hasta, ya con la aguja de la gasolina en la reserva, ser relevado por Edgar en el minuto 82.

El premio a su destajista esfuerzo llegó con un gol propio del clásico delantero oportunista al inicio de la segunda mitad. Borja no se puso nervioso para batir con su pierna derecha a Remiro tras un servicio de Magallán, al que habilitaba Zurutuza para que la jugada fuera legal. La tecnología tardó un mundo en confirmar el primer tanto del Alavés, pero después de que Jaime Latre recibiera por el pinganillo la indicación de que no había nada punible en la jugada el antiguo canterano del Athletic dio rienda suelta a una alegría que estaba más que justificada. Seguramente será el primero de muchos si mantiene su progresión y a medio-largo plazo recibe más oportunidades de las que ha gozado hasta la fecha.

Sainz participó de forma activa en casi todas las acciones de peligro del Alavés. Bien avanzada la segunda mitad y tras la enésima internada por la banda derecha, sirvió en bandeja un balón de oro a Lucas para que el gallego rematara con violencia al palo izquierdo de la portería defendida por Remiro. En definitiva, imposible pedir más a un futbolista que ha presentado definitivamente sus credenciales para disfrutar de un mayor protagonismo no solo en los próximos encuentros ligueros sino también en las temporadas venideras.