- Más de dos décadas en la élite convierten a Gerardo Izaguirre en una voz más que autorizada para disipar las muchas dudas que asaltan hoy en día a los aficionados respecto al estado físico de los futbolistas tras dos largos meses sin competir debido al coronavirus. Guipuzcoano de nacimiento pero vitoriano de adopción, el expreparador físico del Deportivo Alavés desvela los entresijos de la compleja puesta a punto de los equipos antes de afrontar con ciertas garantías la vuelta a la competición, que presumiblemente tendrá lugar el 12 de junio si se cumplen los vaticinios más optimistas apuntados el pasado domingo por Javier Tebas.
La primera es obligada. ¿Cómo planifica un preparador físico un momento tan insólito como este?
-Es una situación inédita para todos y no sabemos todavía la evolución que tendrá el virus. Los días de trabajo y el calendario de trabajo te lo va a marcar la evolución de la pandemia. Nadie esperaba que esto se alargara tanto mientras tenía lugar la búsqueda de diferentes estrategias de entrenamiento en casa cuando los jugadores estaban confinados. He visto desde la barrera la necesidad de los preparadores físicos de realizar una reprogramación continua al entreno desde casa. Lo primero que tocaría es reconstruir al futbolista en todas las facetas.
¿En qué consiste exactamente esa reconstrucción a la que alude?
-Se ha perdido función muscular, función cardiorespiratoria y tampoco se han ejercitado los gestos específicos del fútbol tras ocho semanas de parón. Al final, esto tiene un deterioro en la propiocepción y coordinación del futbolista. Lo que marca la LFP te va orientando en la readaptación del jugador porque, en primer lugar, los entrenamientos individuales hacen que te centres más en un entreno condicional intentando meter la intensidad y especifidad del fútbol mediante el trabajo con el balón, pero lejos de su contexto. Luego el trabajo de grupo te permitirá vivir la experiencia competitiva del fútbol, ahora mismo no pueden interactuar dos jugadores que puedan estar entrenando con balón. La construcción tiene que ser básicamente física en estas primeras sesiones.
¿Es necesaria, por tanto, una pretemporada pura y dura?
-No tiene nada que ver el periodo que se va a vivir ahora con una pretemporada. Creo que los objetivos de trabajo deberían ir enfocados primero hacia una reconstrucción física. Es diferente porque el periodo que han estado sin entrenar es más largo que el que suelen vivir normalmente en el verano. En esta parte final de temporada va a haber un gran nivel de fatiga y estrés psicológico acumulado. O sea tú tienes que preparar al jugador para un corto intervalo de tiempo, no es una temporada de volumen a la que están acostumbrados. Existe una gran incertidumbre respecto a la duración porque todavía no hay fechas concretas. El periodo competitivo es muy corto y se van a tener que jugar once jornadas en seis semanas.
¿Qué es lo que más ha perdido el futbolista en este momento?
-Cuando están tanto tiempo sin entrenar de manera específica, lo que más notas igual es un poco esa desadaptación mecánica a los esfuerzos habituales del fútbol. Los jugadores han podido estar trabajando a nivel condicional en casa con el material que cada uno pudiera disponer, pero la especifidad es lo que más han perdido. Tendrán que adaptarse nuevamente a los esfuerzos del fútbol: acelerar, desacelerar, cambiar de dirección, esprintar... Tú puedes hacer algo en casa a nivel de capacidad, pero no estas adaptaciones fisiológicas que te exige el fútbol. Enlazando con lo anterior, una de las diferencias entre la pretemporada y lo que habrá ahora será la ausencia de amistosos. Eso es algo clave para preparar la competición exigente que vendrá después.
Tocará andar con pies de plomo para evitar lesiones, ¿verdad?
-Ahí es donde voy cuando hablo de la desadaptación mecánica del jugador de fútbol. Al final tú puedes haber hecho un montón de tipo de carreras, pero cuando empiezas a meter aceleraciones, desaceleraciones, cambios de dirección, arrancadas, frenadas o algún salto eso necesita una adaptación por parte del jugador. Ese tipo de gestos específicos deberán introducirse ahora de manera progresiva con el fin de evitar percances.
Sólo pueden coincidir seis jugadores en el campo en estas primeras sesiones. ¿Es muy complicado trazar una hoja de ruta sensata?
-El preparador físico es el que ha diseñado en teoría el trabajo de cada jugador. Obviamente hay que escuchar al futbolista porque las sensaciones te las marca él, pero es cierto que ahora hay un control de carga interna y externa que los preparadores físicos estamos llevando últimamente a pies juntillas con el fin de ver la evolución del futbolista. Lo importante será acertar con las decisiones que se tomen para planificar este periodo.
¿Confía en la profesionalidad de los futbolistas para que no hayan cogido algún kilo de más en estos dos meses?
-No tengo ninguna duda acerca de eso. Cualquier profesional, el 99%, sabe lo que debe hacer. Desde mi punto de vista y lo que me ha tocado vivir, cuento con los dedos de la mano la gente que ha vuelto en mal estado. Y estoy hablando de pretemporadas incluso. Ahora mismo la profesionalidad del futbolista de alto rendimiento, con todo lo que conlleva de hábitos saludables, entrenamiento, descanso y alimentación, está fuera de toda duda. El trabajo de los fisios también es una pega para este periodo de confinamiento. Los futbolistas están acostumbrados a llevar un tratamiento post-entreno y pre-entreno que habrá que reajustar en esta situación.
Habrá partidos cada tres o cuatro días cuando se reanude el torneo. ¿Cómo condiciona este hecho la preparación de estos días?
-Seguramente si hubieran preguntado a los entrenadores, te habrían dicho que lo primero es no contagiarse, pero lo segundo que pedirían es que les dejen prepararse para la exigencia de lo que está por venir. Yo creo que esta primera fase está muy bien a nivel adaptativo para el jugador, pero lo que el entrenador va a demandar es entrenamiento competitivo de fútbol sabiendo además que no puede tener partidos amistosos. Se requiere un periodo de tres semanas mínimo para que los futbolistas puedan hacer tareas de fútbol. Yo no sé si ese entrenamiento de grupo debería pasar antes a trabajo en equipo, pero esa es una de las claves del entrenamiento para preparar la competición.
Una de las novedades es que habrá 23 convocados y la posibilidad de cinco cambios. ¿Una buena noticia entre tanta incertidumbre?
-Por supuesto que sí y además es algo recomendable, sobre todo para evitar ese índice que puede producirse a nivel de lesiones.
Muchos preparados físicos dicen que la repercusión de su trabajo puede ser una incógnita y que se enfrentan a algo desconocido. ¿Esto va a marcar un antes y después en la preparación física?
-Desde luego, esta experiencia no la ha vivido nadie y por mucha trayectoria que pueda tener alguien en este mundo es algo novedoso para todos. Además del periodo de desadaptación que ha vivido el futbolista, debemos tener en cuenta el estado psicológico del futbolista y el estrés que le ha podido producir esta pandemia. El jugador puede tener ahora mismo miedo a lo que se va a enfrentar en cuanto a entrenamientos y partidos. Luego está el estrés de lo que cada jugador tiene recogido en su contrato para la próxima temporada. Al margen del trabajo físico, la exigencia mental de este último tercio de competición va a ser muy grande.
¿A un futbolista le pueden faltar estímulos por jugar sin público?
-Sí, pero el escenario creado por el coronavirus no lo elige cada uno. Al final, uno se tiene que adaptar a lo que haya. Nadie hubiera pensado que un deporte de equipo pudiera estar viviendo las situaciones de entrenamiento de estas próximas semanas. Nadie hubiera vaticinado que en un deporte de equipo como el fútbol, con todo lo que conlleva a nivel de aficionados, tenga que jugarse sin público justo el último tercio que puede ser definitivo para muchos.
¿El trabajo será igual para un defensa, medio o un delantero?
-Se individualiza ya mucho el trabajo en el fútbol, pero no solo a nivel de esfuerzos sino también en la parcela táctica. A nivel condicional general puede tener alguna rutina parecida, pero el perfil competitivo del jugador en el trabajo de fuerza te va a dar distintos parámetros físicos que cada uno intentará individualizar. Tras esta primera fase, se podrán sacar conclusiones en este sentido.
Si el 12 de junio empieza todo, ¿hay tiempo suficiente para que los futbolistas se pongan en forma?
-Trabajarán a tope para eso, pero entiendo que no cogerán el nivel que tenían antes. Todos parten de las mismas condiciones y nadie tendrá ventaja sobre nadie. Lo que sí es cierto es que, al disputar partidos cada tres días, se reduce el tiempo de recuperación y se juega en un entorno de estrés psicológico superior al normal, a la vez que disminuirá el efecto protector del entrenamiento, reduciéndose de manera notable en cantidad. Las plantillas están compuestas por cuatro o cinco fisios y muchos tendrán que pasar por la oficina. Luego tendrá una repercusión importante el tema del entrenamiento invisible o lo que se denomina la alimentación y el descanso. Doy fe que los jugadores son muy responsables en eso ya.
¿Tanta medida de seguridad puede alterar la tranquilidad y resultar contraproducente?
-Tocará adaptarse a las nuevas situaciones, pero yo voy más allá. El tema de la alimentación, cuando entrenes en grupos fijos que no puedes ir rotando jugadores, desconozco cómo se va a hacer la composición del grupo. Yo creo que deberían ser grupos equilibrados para intentar minimizar el riesgo de contagios.
¿Cree que la temporada acabará o se ha apoderado un excesivo optimismo en la industria del fútbol?
-Sinceramente no lo sé, tengo mis dudas. Lo va a marcar la evolución del virus, pero habrá que ir viendo cómo se desarrolla todo para ver los pasos a seguir. Hay que plantearse objetivos cortos de trabajo y conviene no mirar muy lejos.
"En esta parte final de curso habrá un gran nivel de fatiga y estrés psicológico acumulado, esto no tiene nada que ver con la pretemporada"
"En lo que me ha tocado vivir, cuento con los dedos de una mano los futbolistas que han vuelto en mal estado y sobrepeso tras un parón"
"Trabajarán a tope para llegar en forma al 12 de junio, pero entiendo que no alcanzarán el estado que tenían antes del coronavirus"