- Como se esperaba, la Liga de Fútbol Profesional anunció ayer la suspensión también de la competición en Primera y en Segunda División. De momento, durante las dos próximas jornadas. Así se lo comunicó a los clubes a través de mensajes apenas unos minutos después de la cumbre que mantuvieron la patronal, la Federación Española y la Asociación de Futbolistas Españoles en Las Rozas. Poco antes de hacerse oficial la noticia, el Real Madrid ya había anunciado que sus plantillas de fútbol y de baloncesto estaban en cuarentena al detectarse el positivo del ala-pívot estadounidense Trey Thompkins.
Tras la reunión, LaLiga publicó el siguiente comunicado: "Ante las circunstancias conocidas hoy, referidas a la cuarentena establecida en el Real Madrid y los posibles positivos en jugadores de otros clubes, LaLiga considera que se dan ya las circunstancias para que se siga con la siguiente fase del protocolo de actuación contra el Covid-19. En consecuencia, de acuerdo con las medidas establecidas en el Real Decreto 664/1997 de 12 de mayo, acuerda la suspensión, al menos, de las dos próximas jornadas. Dicha decisión será reevaluada tras la finalización de las cuarentenas decretadas en los clubes afectados y de otras posibles situaciones que pudieran darse".
En lo que afecta al Deportivo Alavés, esta decisión tiene como consecuencia principal que los encuentros previstos para este fin de semana y el siguiente queden cancelados provisionalmente. De esta manera, el duelo contra el Espanyol de Abelardo que se debía jugar el domingo y el derbi frente a la Real Sociedad del día 21 -que en principio iban a tener lugar a puerta cerrada- se trasladan ahora a un particular limbo en el que también se encuentran el resto de compromisos programados en las jornadas 28ª y 29ª de Primera División y 32ª y 33ª de Segunda.
Porque lo cierto es que en estos momentos nadie es capaz de anticipar cuál será la evolución del coronavirus y su incidencia sobre el deporte en general y el fútbol en particular. Por todo ello, la adoptada ayer es una medida provisional que se irá reevaluando en los próximos días y que en principio se mantendrá vigente hasta que el día 25 se tome otra decisión. Bien en el sentido de prolongar la suspensión o en el de reanudar la actividad.
El siguiente problema, claro está, será encontrar las fechas para recuperar las jornadas perdidas. En este punto, la hipótesis más factible que se baraja en estos momentos dentro de la RFEF es que la UEFA acceda a retrasar un año la celebración de la Eurocopa programada para este verano en doce sedes diferentes, precisamente lo más contraproducente que se pueda dar ahora con la amenaza de la pandemia. Esto permitiría la posibilidad de que los campeonatos nacionales pudiesen terminar alargando la presente temporada hasta finales del próximo mes de junio o incluso inicios de julio, con todo lo que ello supondría.
Una hipótesis que, en cualquier caso, también plantea numerosos interrogantes. Como contrapunto, el mejor de los escenarios permitiría reanudar la competición a partir del último fin de semana de marzo y recuperar las dos fechas aplazadas en los escasos huecos que ofrece el calendario actualmente vigente. La otra cara de la moneda son los negros nubarrores que auguran una parada indefinida.
Primera por salud. Esta no es la primera vez que el fútbol se suspende en España. En esta ocasión, el coronavirus ha sido la causa que ha obligado a LaLiga a paralizar los campeonatos de Primera y de Segunda. Pero a lo largo de la historia se paró el fútbol hasta en nueva ocasiones. En seis de ellas se paralizó por reivindicaciones laborales de los futbolistas, que fueron a la huelga en 1979, 1981, 1982, 1984, 2011 y 2019 para demandar sus derechos. El fallecimiento de José Antonio Reyes en un accidente de tráfico provocó la suspensión y el aplazamiento de siete partidos de Segunda División de la penúltima jornada de la temporada 2018-19. En diciembre de 2010, la huelga de controladores aéreos también afectó al fútbol y el encuentro Tenerife-Granada tuvo que ser aplazado. Los atentados del 11-S obligaron a la UEFA a aplazar algunos enfrentamientos europeos. Cuatro de ellos afectaron a encuentros que tenían que disputarse en territorio español.