Vitoria - Deportivo Alavés y Real Betis finiquitaron a lo largo de la mañana de ayer los últimos flecos que tenían pendientes en las negociaciones que a lo largo de una semana habían mantenido para el desembarco de Víctor Camarasa e Ismael Gutiérrez en Vitoria y desde ayer a media tarde ambos futbolistas pasaron a engrosar las filas albiazules. El valenciano regresa, a préstamo hasta final de curso y sin obligación de compra posterior, a la que fue su casa durante la temporada 2016-17, una campaña en el que su figura se revalorizó para abandonar posteriormente el Levante de forma definitiva con rumbo al Benito Villamarín y pasar de allí al Cardiff y posteriormente al Crystal Palace, donde militaba hasta ahora. Por su parte, el joven sevillano abandona el club en cuya cantera se ha formado durante toda su trayectoria hasta debutar esta misma temporada con el primer equipo y lo hace mediante una cesión por lo que queda de la presente campaña y también la siguiente, en su caso sin opción de compra para El Glorioso. Dos nuevos centrocampistas con los que se dibuja una zona ancha completamente novedosa y que sufre de superpoblación de jugadores.
La lesión de gravedad de Tomás Pina obligaba al Alavés a moverse en el mercado y lo ha hecho por partida doble, al menos por el momento ya que no se descartan aún más incorporaciones en la zona si se encuentra un pivote defensivo clásico que supla la ausencia del medio de Villarta de San Juan. Y es que, el término centrocampista engloba muchos perfiles diferentes y ni Camarasa ni Ismael encajan en el perfil clásico de mediocentro de contención. El valenciano, ya bien conocido por Mendizorroza, es un futbolista de largo recorrido, muy poderoso físicamente y con capacidad para ser efectivo en la presión y también llegar a zonas de ataque desde la segunda línea, aunque en diversas etapas ya ha actuado más retrasado. Por su parte, el joven sevillano puede acercarse más al concepto de pivote, pero destaca mucho más por su capacidad para ofrecerse a sus compañeros en la salida de balón y servir buenos pases que en las labores más oscuras.
La carencia de ese jugador específico que supla a Pina sigue ahí, por lo que a Asier Garitano le toca dibujar un centro del campo nuevo con lo que tiene. Que no es poco, aunque a la hora de la verdad la realidad señala que la confianza del preparador de Bergara se limita a unas piezas muy concretas. Además del lesionado Pina, el peso de la demarcación ha recaído en la primera vuelta en Mubarak Wakaso y Manu García, con Pere Pons en segundo plano. Javi Muñoz se queda ya definitivamente sin espacio en el equipo tras haber jugado un solo partido, mientras que la puerta de salida se mantiene abierta para un Dani Torres que ya no contaba antes de estas últimas incorporaciones. Incluso en estos momentos es imposible descartar la marcha de un jugador de peso, más aún teniendo en cuenta que Wakaso finaliza contrato a la conclusión de la presente temporada.
Con Camarasa e Ismael -este último aún debe despejar las dudas propias que generan sus diecinueve años, aunque la apuesta del Alavés es clara con un contrato de año y medio-, la competencia en el centro del campo se incrementa al máximo. También las opciones tácticas de Garitano, que normalmente apuesta por el 4-4-2 pero que con el valenciano se podría plantear un cambio de sistema hacia un 4-3-3 en el que dar cabida a un futbolista de un perfil más ofensivo que los que tiene en estos momentos en esa zona sacrificando a uno de los extremos, donde el equipo está teniendo serios problemas de bajo rendimiento.