De las tres patas en las que, en forma de infraestructuras, el Deportivo Alavés pretende asentar su crecimiento de cara al futuro, una de ellas le está dando a la entidad del Paseo de Cervantes muchos más quebraderos de cabeza de los que preveía cuando emprendió semejante empresa. Con la residencia para jóvenes talentos ya en marcha y la idea de comenzar a trabajar en una segunda y el proyecto de comenzar las obras para la ampliación de Mendizorroza en verano de 2019, en la construcción de una nueva ciudad deportiva los planes del club han chocado sistemáticamente con la realidad a lo largo de un último año en el que los planes de partida del club se han visto frustrados. El proyecto primigenio, el desembarco en las instalaciones municipales de Betoño, ha quedado descartado por las enormes dificultades que presentaba y, al no haber encontrado una alternativa convincente, desde los despachos del Paseo de Cervantes se optó el pasado verano por una importante inversión en su propiedad de Ibaia. Habrá que ver si, llegado el momento, desde el Alavés se apuesta definitivamente en la actual Ciudad Deportiva José Luis Compañón por ese centro de alto rendimiento que se pretende construir o si, por el contrario, se acaba encontrando un espacio que se adecúe mejor a las pretensiones de la entidad, sobre todo en lo referido al espacio. De momento, las instalaciones del municipio de Zuazo de Vitoria siguen siendo la base de operaciones albiazul. Habrá que ver si para mucho, para poco o, definitivamente, para siempre.
“Queríamos tener una de las mejores ciudades deportivas a nivel estatal, pero, por diversas razones, ha sido imposible poder construirla en Betoño, que considerábamos que reunía las características y el espacio necesario para contar con unas instalaciones de primer nivel y de gran tamaño casi junto al centro de la ciudad. Cuando vimos que esta opción era imposible, apostamos definitivamente por Ibaia, en principio. No sabemos si va a ser para mucho, para poco o para siempre, pero hemos realizado una apuesta de futuro con unas reformas que han mejorado mucho estas instalaciones”, señaló el jueves Jesús Vázquez, director general institucional del Grupo Baskonia-Alavés, en la junta de accionistas de la sociedad anónima deportiva.
El precio a pagar por las instalaciones municipales de Betoño era muy elevado, pero el escollo que el club ha considerado insalvable era el plazo temporal de espera que aún debía aguardar para poder acceder al concurso público para la adquisición de esos terrenos. Un tiempo que no se quería seguir perdiendo, por lo que se optó por aparcar la que era la opción prioritaria. El problema es que el resto de sondeos que la entidad ha realizado en el entorno de la ciudad no han resultado, hasta la fecha, satisfactorios y tras esa búsqueda infructuosa se optó el pasado verano por reformar y actualizar una ciudad deportiva de Ibaia que precisaba de una reforma importante para seguir dando cabida al primer equipo y el fútbol base.
Así, uno de los campos de hierba natural se revistió con césped artificial y el que existía anteriormente de compuesto sintético fue completamente renovado. De la misma manera, el edificio que daba cabida a los vestuarios, el gimnasio y el bar fue sometido a una renovación profunda. Las zonas para que los jugadores se cambien han mejorado su presencia y se ha puesto en marcha un comedor con cocina -la primera plantilla desayuna y come todos los días allí-, una nueva sala de prensa, despachos de trabajo para los técnicos o zonas mucho más cómodas para la labor de los médicos y fisioterapeutas. Todo ello con una destacada inversión, de entre dos y tres millones de euros.
Semejante desembolso podría hacer indicar que la intención del Alavés es quedarse definitivamente en Ibaia, pero nadie dentro del club tiene claro que vaya a ser así. “No son las instalaciones que nos gustarían, pero han mejorado mucho”, deslizó Vázquez.
El problema que se ve desde el club es de espacio. “No tiene los metros cuadrados que creemos que se necesitan”. Betoño suponía contar con algo más de 100.000, mientras que la actual ciudad deportiva supone alrededor de un tercio de esa cifra. Y, encima, parte de ella, la superior con un campo y un aparcamiento, se encuentra arrendada. Crecer alrededor, una alternativa ya estudiada, no resulta nada sencillo al mezclarse fincas privadas con propiedades del municipio de Zuazo de Vitoria, como el camping y el campo de tiro. De ahí las dudas del Alavés y su persistencia en la búsqueda de un espacio acorde a sus necesidades, tan difíciles de satisfacer. De momento, Ibaia sigue siendo la base de operaciones. Habrá que ver si para mucho, para poco o para siempre.