Vitoria - El videoarbitraje no había hecho acto de presencia en ninguno de los dos encuentros que el Alavés había disputado en liga, hasta el día de ayer, en el que se convirtió en el gran protagonista de un choque cargado de polémica. Undiano Mallenco, colegiado encargado de supervisar el VAR, corrigió en dos ocasiones al árbitro del encuentro, Iglesias Villanueva, primero perjudicando al Glorioso y después en su beneficio.

La primera acción fue la más protestada por la parroquia albiazul. Corría el minuto 37 cuando Borja Iglesias realizó una buena pared y dejó a Baptistao mano a mano con Pacheco. Sin embargo, el brasileño se quedó sin ángulo y chutó por encima del travesaño. Iglesias Villanueva, mal colocado para ver la jugada, señaló saque de esquina, ante las protestas del portero albiazul. En ese mismo córner, Laguardia derribó a David López en una jugada que en temporadas anteriores no habría tenido ninguna consecuencia. El árbitró no lo vio, pero el VAR sí. El encargado de dirigir el encuentro se dirigió a la pantalla de repeticiones por primera vez en Mendizorroza y no tuvo dudas: penalti favorable al Espanyol y amarilla para Laguardia. Pacheco, desesperado, recordó al colegiado que el saque de esquina no debió ser pitado y éste le amonestó con otra cartulina amarilla. La afición estalló en silbidos y quejas, ya que en una acción anterior Sobrino había sido derribado dentro del área, pero Iglesias Villanueva no recurrió al videoarbitraje en esa ocasión que perfectamente podría haber significado el 1 a 0 para los locales. Baptistao no tuvo piedad y convirtió la pena máxima con un disparo ajustado al palo izquierdo de Pacheco.

De la debacle a la remontada El Alavés se marchó al descanso muy molesto con las decisiones arbitrales y completamente fuera del partido. Sin embargo, el VAR le debía una y cambió totalmente el devenir del encuentro. Nada más empezar la segunda parte el Espanyol buscó sentenciar el partido y tumbar a un Glorioso tambaleante. Baptistao recibió un buen pase de Granero, pisó línea de fondo y sirvió el 0-2 en bandeja a Sergio García. Ninguno de los hombres de Abelardo se quejó, pero el videoarbitraje intervino y anuló un gol que habría sido demoledor para los intereses locales.

Todo se ve mejor por televisión, y es que los árbitros que revisan los partidos desde Madrid se fijaron en un detalle que había pasado desapercibido. Baptistao partió de posición reglamentaria, pero, en el momento en el que Sergio García disparó a portería, Borja Iglesias estaba tapando la visión a Fernando Pacheco. El delantero estaba adelantado por unos pocos centímetros y, tras un minuto de angustiosa espera, Iglesias Villanueva volvió a trotar hacia la pantalla. Al tratarse de una jugada abierta a interpretación, la última palabra la tenía él. Cuando vio la repetición, interpretó que efectivamente el siete espanyolista impedía al extremeño ver el balón, por lo que anuló el gol. A partir de ahí, el equipo babazorro se reconcilió con el arbitraje y aprovechó bien la segunda oportunidad que le brindó la tecnología.

Los de Abelardo se lanzaron al ataque y el Espanyol, que por un momento pensó que tenía los tres puntos asegurados, se vino abajo. El VAR ha llegado a la liga para quedarse y, aunque ayer no tuvo influencia sobre el resultado (lo ganado en el penalti lo perdieron con el fuera de juego) fue uno de los protagonistas en una tarde marcada por la polémica arbitral.