Nada menos que algo más de ocho larguísimos meses ha tenido que esperar Carlos Vigaray para poder volver a sentir la sensación de disputar un encuentro con la camiseta del Deportivo Alavés. El lateral madrileño disputó el pasado sábado el segundo encuentro (ante el Oviedo) del triangular en el que participó el Alavés en tierras asturianas y esos cuarenta y cinco minutos supusieron su estreno oficial en esta pretemporada a las órdenes de Abelardo pero, sobre todo, su reaparición desde que jugó su último partido el 25 de noviembre del año pasado en Ipurua.
A partir de ese momento, cuando la escuadra del Paseo de Cervantes se encontraba en sus horas más negras, el jugador madrileño fue adentrándose en un cada vez más oscuro túnel del que parecía no encontrar nunca la salida. Porque lo que inicialmente parecían unas molestias en la rodilla sin especial trascendencia terminaron convirtiéndose en un auténtico calvario que ha tenido confinado al lateral en la enfermería durante casi nueve meses.
Si vuelta a los terrenos de juego el pasado sábado parece confirmar que, por fin, esta lesión está ya definitivamente superada. Lo que permitirá a Vigaray pelear en igualdad de condiciones con sus compañeros por un puesto en el once inicial en el nuevo curso que está cerca de comenzar.
Pendientes de burgui Si esa fue la buena noticia del triangular la mala la protagonizó Burgui, que se lesionó en la jugada en la que marcó el gol de la victoria sobre el Oviedo. Por el momento el club no ha informado del alcance de la lesión.