Vitoria - Por primera vez en mucho tiempo, la cantera alavesa da la sensación de ser un asunto importante y con cierto calado social para los rectores del club, al menos en lo que respecta a los intereses del primer equipo. Y es que si hace ya unas semanas se confirmó la renovación de Manu García y hace poco se ataba a Martin Aguirregabiria por un periodo de cuatro años, el pasado fin de semana le tocó el turno a Einar Galilea, al que el club también le renovó el contrato (hasta 2021) para, probablemente, cederlo el próximo curso a un conjunto de mayor enjundia que el NK Rudes donde ha jugado a préstamo en los últimos meses. Todo apunta a que ese equipo será el Sochaux, enrolado en la Segunda División francesa y conveniado del Deportivo Alavés.

Sin embargo, en esa ecuación alavesa no parece encajar Sergio Llamas, probablemente el jugador más técnico de todos los vitorianos, al que el Alavés ha colgado el cartel de prescindible. Aunque le resta todavía un año de contrato, no cuenta para el primer equipo -algo que ya sabe del propio director deportivo, Sergio Fernández- ni tampoco es factible una nueva cesión a otro conjunto como la del pasado año en el Real Unión, en Segunda B. El club no quiere volver a hacerse cargo de su elevada ficha, de modo que la única salida real es la rescisión de su contrato y la llegada de una oferta que satisfaga a ambas partes.

Según ha podido saber este diario, el extranjero podría haber llamado a la puerta del jugador, en concreto, un equipo de la Segunda División japonesa que estaría dispuesto a ofrecerle dos años de contrato. Al parecer, se trataría solo de una primera toma de contacto que el propio Llamas vería con buenos ojos. Aunque el nivel de la liga nipona dista un mundo de la española, el vitoriano dispondría de minutos de calidad para demostrar su valía y de paso su caché no se vería excesivamente agraviado a pesar de todo.