Vitoria - Certificada matemáticamente la permanencia en Primera División, el Deportivo Alavés puede comenzar a confirmar ya los movimientos que ha realizado en las últimas semanas para componer su tercer proyecto consecutivo en la máxima categoría. La primera piedra de este nuevo edificio será la renovación de Abelardo Fernández, una clara apuesta por la continuidad en el banquillo con la que se rompe la tendencia reciente del club y que tiene que servir como base para no comenzar una nueva temporada prácticamente desde cero. Al acuerdo para la ampliación de contrato del técnico asturiano solo le falta prácticamente la firma y el vínculo, tal como ya anunció DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA en su edición del 9 de abril, unirá a las dos partes durante una campaña más, hasta el 30 de junio de 2019.
Desde que El Glorioso tomara claros visos de aspirar a la permanencia tras su desastroso comienzo de curso, en las oficinas del Paseo de Cervantes se tuvo clara la idea de apostar por la renovación de Abelardo. Una propuesta que fue acogida de buen grado por el propio técnico gijonés y que prácticamente cristalizó durante los contactos que club y entrenador mantuvieron durante el último parón de la competición. A falta de pequeños detalles, las partes se emplazaron a la certificación matemática de la salvación para rubricar la ampliación de su vínculo.
En los despachos de Mendizorroza se ha entendido claramente en esta ocasión la necesidad de hacer una apuesta importante por dar continuidad en el banquillo a un técnico que ha encajado en el club a las mil maravillas y, por ello, en el nuevo contrato del Pitu figura un notable incremento de su sueldo fijo con respecto al pactado para el presente curso, donde la prima económica por la permanencia tiene un peso muy importante. Una tesitura bien diferente a la vivida hace un año en las negociaciones con Mauricio Pellegrino, rotas por parte del argentino por, entre otras razones también de peso, no ver valorado su trabajo con una mejoría sustancial en sus emolumentos.
Con la inminente renovación de Abelardo se rompe la tendencia de cambio que en los tres veranos anteriores se ha producido en el banquillo alavesista y que también ha sido una constante desde que Josean Querejeta asumiera los mandos del club en junio de 2011. Solo Natxo González al final de la temporada 2012-13 y Alberto López al concluir la 2013-14 se ganaron, y con muchos dimes y diretes en los dos casos pues el vitoriano acabó siguiendo solo por el peso de la lógica -que no se aplicó en casos como el de José Bordalás o el ya mencionado de Pellegrino- y en el caso del irundarra no se encontró una alternativa convincente, continuar una segunda campaña al frente del equipo.
En este periplo de siete temporadas, el movimiento en el banquillo albiazul ha sido una constante. Ningún inquilino del asiento de mando de Mendizorroza ha completado dos cursos enteros y, de cumplir Abelardo su contrato íntegro, se convertiría en el técnico con más partidos dirigidos en esta etapa, superando los 65 que ostenta un Natxo González que no llegó al año y medio al frente del equipo.
En esta ocasión, desde el Alavés se da un gran valor al trabajo realizado por El Pitu y se entiende que su continuidad supone contar con una base de partida mucho más sólida desde el mes de julio. La nefasta experiencia del pasado verano con Luis Zubeldía -que no dejó de ser una última opción tras fracasar las principales- ha pesado mucho en esta ocasión en las oficinas del Paseo de Cervantes. Si hace un año no se aceptaron las exigencias de Pellegrino entendiendo que no iba a ser complicado rehacer el proyecto, en esta ocasión se ha preferido hacer una apuesta más importante por un técnico ya conocido y que ha ofrecido un rendimiento sobresaliente.
Peso en la planificación Una de las grandes ventajas que ofrece la continuidad de Abelardo es no tener que empezar de nuevo el proyecto desde los cimientos. La llegada de un entrenador desconocido supone remover muchos apartados en el funcionamiento de un equipo y en esta ocasión la base ya está asentada. El gijonés conoce el sistema de trabajo del club, también cuenta con un equipo de ayudantes con los que se ha compenetrado muy bien y los jugadores que permanecerán en la plantilla también tienen claro cuál es su estilo.
Con la certeza de que el preparador asturiano va a seguir al frente del equipo, una cuestión que se oficializará cuando el club decida teniendo en cuenta su particular política de comunicación, ya se pueden comenzar a afirmar pasos en la confección del nuevo proyecto. En este sentido, la opinión del propio entrenador va a tener un peso importante y una de sus primeras solicitudes es dar continuidad al núcleo duro de la actual plantilla, con especial énfasis en la renovación de Manu García.
Dentro del grupo conformado por sus futbolistas de confianza, el gijonés apuesta también por una continuidad que no parece sencilla pero que es una idea también compartida por el club. En este sentido, habrá que hacer encaje de bolillos y, seguramente, para cuadrar cuentas será necesario obtener ingresos y prescindir de algún jugador fundamental para obtener un traspaso o renunciar a alguna renovación de renombre.