Vitoria - Cuando todavía queda un partido muy importante para los intereses del Deportivo Alavés para que se cierre la actual jornada, El Glorioso ya sabe que tiene un partido decisivo el próximo sábado en el que puede dar un golpe prácticamente definitivo a sus opciones de seguir en Primera División la próxima temporada. La reacción firmada durante el periplo de diez partidos que Abelardo Fernández lleva al frente del banquillo albiazul ha servido para abandonar el camino del cadalso que este equipo había enfilado a toda velocidad y sin frenos. Una mejoría que podía ser más o menos esperada, pero no de un calibre semejante al que ha permitido al conjunto vitoriano pasar del ataúd a encontrarse a las puertas de la salvación en tan exiguo margen de tiempo. Una situación de bonanza actual que adquirirá un rango aún superior si se solventa con éxito el duelo del próximo sábado contra el Deportivo de La Coruña, en el que habrá cuatro puntos en juego.
Precisamente, hasta que el cuadro gallego no finalice esta noche su partido con el Betis no sabrá el Alavés cuál es su ventaja definitiva sobre el descenso al cierre de la presente jornada. Tras su victoria del sábado en Villarreal, los albiazules ampliaron su renta hasta los siete puntos, pero eso con respecto a un Las Palmas que venía de empatar el viernes. De momento, los coruñeses se encuentran a ocho puntos de distancia, cifra que podría mantenerse o mermar a los siete o cinco puntos dependiendo del resultado de los deportivistas en el estreno de Clarence Seedorf en su banquillo tras la destitución de Cristóbal Parralo.
Sea cual sea el resultado, más aún si la victoria se queda esta noche en Riazor y la renta regresa a los cinco puntos con los que arrancó la jornada, el duelo del próximo sábado en Mendizorroza se antoja como decisivo. En esta ocasión, la expresión de que dicho partido vale cuatro puntos se ajusta a la perfección. A los tres que se dan por la victoria se le añadiría uno más por el gol average para cualquiera de los dos contendientes. Si ganan los gallegos, por su triunfo en la primera vuelta; si lo hacen los vitorianos, aunque no superen el 1-0 particular de A Coruña el diferencial en el general es prácticamente insalvable con los quince goles que distancian a ambos equipos en estos momentos.
Pero, más allá de meter ya una distancia sideral a uno de los rivales directos en la lucha por la salvación y eliminarlo prácticamente de la pelea directa -ya serían dos equipos con nulas opciones de alcanzar a los vitorianos, vista la situación desesperada en la que se encuentra el Málaga-, encadenar una tercera victoria consecutiva supondría, casi con total seguridad, meter también en la pelea a alguno de los equipos que preceden al conjunto albiazul.
Aprovechar el momento La máxima dentro del vestuario alavesista es que toca aprovechar el sensacional momento por el que atraviesa el equipo para seguir llenando el granero de puntos que aseguren tranquilidad. Y es que ni el más optimista seguidor de El Glorioso puede esperar que se mantenga la extraordinaria secuencia que se ha logrado desde el aterrizaje de Abelardo. Los diecinueve puntos que se han cosechado en los diez encuentros del gijonés al frente del equipo son números de Liga de Campeones. Y eso teniendo en cuenta que por el camino se ha quedado alguna victoria que se mereció sobre el césped.
Aunque de momento no existe ningún indicio, en el fútbol las crisis llegan en el momento más inesperado. Y, por ello, el equipo quiere sumar el mayor número de puntos posible ahora que se encuentra en un momento dulce para que esa posible caída no le pille en una situación comprometida. Y, en ese sentido, el duelo del próximo sábado contra el Deportivo adquiere un valor muy importante por la posibilidad que ofrece de dejar ya finiquitado a un rival directo.