Vitoria - Hasta cierto punto, vidas paralelas hoy en el Coliseum Alfonso Pérez, donde a partir de las 20.30 horas se dilucidará un duelo copero entre Getafe y Alavés, dos entidades de perfil bajo que, además de competir en la Liga por los mismos objetivos, cuentan con un protagonismo especial en el llamado torneo del KO. El conjunto azulón, por ejemplo, alcanzó y perdió la final de este torneo en dos temporadas consecutivas (06/07-07/08) ante Sevilla y Valencia, respectivamente, mientras que el Glorioso hizo lo propio la pasada temporada ante el Barça con desigual fortuna. Lo dicho, vidas paralelas, aunque sean coperas.

Y hasta cierto punto también, cierto aroma a venganza esta noche sobre la mesa, que servida con gusto frío suelen decirse que sabe mejor. Que se lo pregunten sino a José Bordalás, el actual entrenador del Getafe, que a pesar de esa fina diplomacia que trató de vender ayer en la previa de los 1/6 de final de la Copa que le enfrentará a su exequipo, cuenta los minutos que faltan para eliminar al club con el que ascendió hace un par de temporadas a Primera División por primera vez en su carrera y que, poco después, y por la puerta de atrás, le envió al paro dejándole prácticamente sin margen de maniobra para trabajar esa temporada. Aquella afrenta que sin embargo le abriría meses después las puertas del Getafe podría cerrarse de forma definitiva uno de los capítulos más amargos de la trayectoria del técnico alicantino. Un punto y final redentor siempre y cuando el Alavés de Gianni De Biasi no se cruce en su camino, algo que a estas alturas del curso ofrece sensaciones demasiado ambiguas habida cuenta del estado anímico que presenta el equipo. Moralmente tocado tras el último varapalo ante el Betis en el Villamarín (2-0) y cargado de dudas no ya tanto por la losa clasificatoria que arrastra -el equipo ocupa en estos momentos la penúltima posición con una sola victoria y ocho derrotas- sino por una sensación de impotencia que hace semanas que parece paralizar las piernas de los futbolistas.

En este contexto de incertidumbre llega la Copa del Rey, la competición donde el año pasado El Gorioso se hizo grande ante los grandes y donde éste, en cambio, la participación suena más a mero trámite que a ronda para ilusionarse. Un marrón derivado de la pésima situación que arrastra el equipo y donde cualquiera de los resultados que puedan darse no va a variar un ápice el rumbo fijado por el preparador italino, la liga y la lucha por la permanencia. Todo lo que escape de esta hoja de ruta, en estos momentos críticos, sobra.

Y sobra por más que el preparador vendiera ayer este partido oficial como una oportunidad para los menos habituales. Un escenario que se dará habida cuenta de los descartes que ayer dejó en Vitoria y los movimientos que anunció va a llevar a cabo esta noche en un once donde podrían debutar el portero Sivera y el central Adrián Diéguez, ambos inéditos hasta la fecha en el equipo. Tomás Pina y Wakaso formarán pareja en el centro del campo y tendrán por delante a Burgui, Katai, y Bojan. Además, es posible que Medrán juegue de inicio ya que no lo podrá hacer ante el Valencia el próximo sábado porque el conjunto de Mestalla incluyó la “cláusula del miedo” en la cesión pactada con el Alaves, que le impide jugar ante su equipo de procedencia.

cambios en el getafe Por su parte, el conjunto madrileño también tendrá que hacer muchos cambios en la alineación debido a la carga de minutos de algunos jugadores o de las lesiones. Así, hasta tres nombres son duda: el central togolés Djené, que abandonó el último partido con una fuerte sobrecarga, el centrocampista Álvaro Jiménez, que se recupera de un golpe costal, y el medio y exalbiazul, Dani Pacheco, ya recuperado de una lesión larga en un hombro y que aún tiene que coger ritmo de competición. Es posible además que Bordalás no arriesgue con ninguno de los tres y también tiene entre algodones al delantero Rodríguez.