Vitoria ? Segundo aviso en los últimos meses y durante el mismo espacio de tiempo: 12 minutos de sepulcral silencio enMendizorroza activados por Iraultza 1921 como medida de protesta y presión contra LaLiga y las fuerzas de seguridad, a las que este grupo de animación acusa de coartar sus principios básicos de libertad y promover continuas “agresiones” ante sus derechos que no se pueden acotar. “Si se lesiona un derecho en un ámbito, momento o territorio concreto, por mucho que se pretenda hacer ver que es un ataque limitado a esa situación concreta, es un ataque a los derechos de todos. Y antes esos ataques, debemos ser firmes en la defensa de nuestros derechos”, proclamaba esta misma semana un portavoz de Iraultza en la comparecencia pública que este grupo llevó a cabo en Los Fueros y en la que criticó la intención de la Policía de multar de forma severa a varios animadores que el día del partido ante el Real Madrid en Mendizorroza supuestamente profirieron cánticos ofensivos contra el equipo blanco y algunos de sus jugadores.
Si aquel 20 de noviembre de 2016 Iraultza calló 12 minutos “para animar toda la vida”, ayer lo hizo para denunciar el trato injusto que padecen todas las aficiones del fútbol.
Una grada enmudecida En consecuencia, su hábitat natural, la grada de Polideportivo, se vació por completo antes del pitido inicial. Y enmudeció. Un silencio sepulcral que sin embargo esta vez no contagió al resto del estadio por cuanto durante esos doce minutos mantuvo la tensión en el ambiente con cánticos de ánimo al equipo ayudado de una suerte de bubucela que hacía imposible cualquier intento de animación por parte de los cerca de 500 aficionados de la Real desplazados ayer hasta Vitoria. Para entonces, Iraultza ya había colocado varias pancartas en su grada del tipo Jugar sin hinchada es como bailar sin música y Basta ya de prohibiciones a los aficionados, con las que expresó su malestar ante lo que considera una “persecución” hacia su colectivo por parte de las fuerzas de seguridad y la Liga de Fútbol Profesional.
Agolpados en los vomitorios, solo rompieron su momentáneo silencio para criticar como viene siendo costumbre al presidente de LaLiga, Javier Tebas, al que exigieron su marcha inmediata del fútbol profesional. Y silencio de nuevo. Hasta que en el minuto 13, como habían anunciado, comenzaron a ocupar sus respectivos asientos con un desfile de letras de cartón de gran tamaño que conformaban el mensaje Beti Alavés, y que exhibieron al son de sus primeros cánticos mientras agitaban cientos de banderas que dieron lugar un bonito espectáculo. Y entonces sí, con todo el campo ya lleno y una ovación cerrada a su medida de protesta, Mendizorroza volvió a vibrar como siempre, despertando la admiración y sorpresa de los realistas desplazados. “Pero si estos tíos no callan, si no callan...”, compartía un realista de la Tribuna Principal junto a su cuadrilla.
una fiesta a pesar de la derrota El público se lo pasaba en grande y lo mismo despedía con una gran ovación a Ibai que hacía lo propio con Katai, que saltó al campo en sustitución de Medrán. Una recuperación, un córner, una saque de banda... Todo se celebraba ayer en Mendi, que incluso en un momento dado homenajeó a Aitor Zabaleta, el que fuera seguidor de la Real asesinado en su día por un miembro del Frente Atlético. Ni tan siquiera el mazazo de los dos goles realistas en apenas unos minutos lograron callar a la ruidosa afición local, que subió los decibelios en un intento infructuoso de contagiar su entusiasmo a los jugadores. Pero ya no hubo manera. El tremendo esfuerzo se apoderó de la ilusión y solo la grada mantuvo el tipo. Fiesta total en definitiva entre dos aficiones saludablemente hermanadas que prestigiaron un derbi como antaño y que, desde luego, pusieron de manifiesto que los incidentes sucedidos antes del partido entre ultras del Alavés y el Racing no tienen cabida en su particular ADN. l