vitoria - Al igual que José Tomás, también Munir El Haddadi creció en la localidad madrileña de Galapagar, y al igual que el torero, que hubo de emigrar en sus comienzos debido a las muchas puertas que se le cerraron, también el delantero de El Escorial parece decidido a empezar de cero en el modesto Alavés después de las pocas ocasiones que el fútbol profesional le ha concedido en sus, de momento, tres campañas en Primera División. Primero en el club poseedor de sus derechos, el F.C. Barcelona, y después el Valencia, que la pasada campaña lo adoptó en calidad de cedido aunque sin mucho éxito. De modo que en vista de que el joven delantero de 22 años, una de las últimas perlas que ha dado el fútbol español, caminaba de forma irrefrenable hacia el abismo del fútbol profesional como ya antes lo habían hecho otras tantas eternas promesas, tomó cartas en el asunto, rebajó sus expectativas y apostó por la modestia de un club como el Glorioso como trampolín para regresar algún día a ese idílico escenario en la elite que el mundo del fútbol había dibujado para él cuando ya despuntaba en cadetes y, sobre todo, juveniles. Munir, que está llamado a ser una de las referencias dentro del grupo de Luis Zubeldía, entendió la necesidad de dar un paso atrás para coger impulso y emular ejemplos de éxito muy cercanos en Vitoria como los de Fernando Pacheco y Marcos Llorente, ambos procedentes del Real Madrid, o Theo, ese explosivo lateral forjado en el Atlético de Madrid que hoy trata de arrebatarle la banda izquierda en el Santiago Bernabéu a una figura como Marcelo.

En este contexto se incorpora el joven Munir al Alavés. Liberado de la presión de tener que dar cuentas de su supuesta gran calidad en un grande como el Valencia pero cargado de ilusión y responsabilidad ante la que se supone es la oportunidad de su vida profesional, la revancha que llevaba tiempo esperando. Porque lo que no sea capaz de hacer este curso en el conjunto albiazul difícilmente será capaz de hacerlo en otro equipo. Así que el lunes se vistió por primera vez de corto y ayer por la mañana ejecutó su primer entrenamiento oficial bajo la mirada de Zubeldía, que ya pudo ver en primera persona algunas pinceladas de su nuevo pupilo: picardía, descaro en el uno contra uno, buen manejo de las dos piernas... Aseguran quienes le conocen bien que todo lo que Munir sabe le viene de serie y que nunca ha tenido la necesidad de aprender conceptos básicos dentro del fútbol. Eusebio Sacristán, hoy entrenador de la Real Sociedad y en su día responsable del jugador en el filial del Barça, ahonda en este sentido al asegurar que se trata de un jugador “muy inteligente” en los movimientos así como en la toma de decisiones. “Tiene esa picardía de antes para intuir por dónde irá el balón y la destreza para saber cuando pasar en corto, jugar en largo, fintar o regatear”, abunda el técnico castellano, seguro de que más pronto que tarde su antiguo pupilo terminará por explotar. A la espera de que eso ocurra en favor del Glorioso, el jugador confía en poder ofrecer este curso la mejor versión del fútbol que lleva dentro. Esa misma que cuando era un crío sacaba a relucir de manera innata en las calles de Galapagar y en equipos como el Santana, el Atlético de Madrid o el Rayo Majadahonda, donde definitivamente explotó cuando era un cadete. Aquel curso anotó 32 goles en los 29 partidos disputados de Liga, lo que, definitivamente, llamó la atención de clubes de primera fila como el Barça, que con 16 años se lo llevó a La Masía. En un ascenso meteórico y propio de una estrella en ciernes, pasó como un rayo por todas las categorías juveniles hasta consagrase en el filial y dar después el salto al primer equipo e incluso a la selección española de Vicente del Bosque, que lo hizo debutar en un partido ante Macedonia. Una carrera quizá demasiado fulgurante para un potrero demasiado tímido que a los 22 años ha decido resetearse de nuevo, bajar un escalón y formar parte de un grupo de obreros más que de estrellas donde poder volver a sentirse futbolista y marcar goles, que es lo que verdaderamente le hace feliz. De momento en su puesta de largo como albiazul se animó a fijar en 15 las dianas con las que se conformaría al final de temporada, dos más que las que ha sumado hasta la fecha en sus tres años en Primera División. Un riesgo calculado o inconsciente a la altura de los desafíos que suele acometer José Tomás. Puerta grande o enfermería. El domingo en Balaídos vuelve El Haddadi.

Barcelona B. Jugó dos temporadas (2013/15) para un total de 28 partidos y 8 goles.

Barcelona (1ª Div). Jugó dos temporadas (2014/16) para un total de 41 partidos y 9 goles.

Valencia (1ª Div). Jugó la 2016/17 para un total de 21

partidos y 4 goles.

Goles en 1ª Div. 13 (62 partidos)