vitoria - Desde que hace más de tres meses el inolvidable gol de Edgar certificó el acceso del Deportivo Alavés a la primera final de Copa del Rey de su casi centenaria historia, miles de vitorianos han estado realizando un exhaustivo estudio de las diferentes posibilidades a su disposición para acompañar al Glorioso en un momento tan especial. Muchos recurrirán a la múltiple oferta de autobuses existente, otros optarán por la comodidad del tren, los habrá también que preferirán viajar a Madrid en su propio vehículo particular e incluso los que apuesten por el avión. Sin embargo, nada de ello convenció a Guillermo Álvarez de Eulate.

Este joven programador informático de 32 años y aficionado albiazul desde su más tierna infancia quería convertir el momento en todavía más inolvidable y, ni corto ni perezoso, se planteó un reto no apto para todos. Y como ya se sabe que no conviene retar a un vasco a que no es capaz de hacer algo, el resultado es que desde la mañana de ayer se encuentra dando pedales hacia la gloria. O, lo que es lo mismo, completando el trayecto que separa Mendizorroza del Vicente Calderón en tres etapas en bicicleta.

“El año pasado fui así al derbi con Osasuna en Pamplona y la verdad es que fue una experiencia muy bonita así que cuando eliminamos al Celta, con la emoción, comentamos en la cuadrilla la posibilidad de repetir para ir a la final y en principio nos animamos varios”, recuerda Guillermo. Sin embargo, el paso del tiempo y las diferentes obligaciones profesionales provocaron que, definitivamente, nadie más estuviese dispuesto a emprender la aventura. “Al verme solo me lo estuve pensando mucho y no terminé de decidirme hasta hace unos días, cuando me confirmaron que me podía coger unos días de vacaciones y vi que las previsiones daban buen tiempo. Intenté encontrar algún compañero más pero al final no pudo ser”, explica. Al menos, en el último momento se encontró con la sorpresa agradable de que uno de sus amigos como coche de acompañamiento, lo que le ha evitado tener que cargar con todo el peso del equipaje sobre la bicicleta. “Es una ayuda grande porque, además de no tener que llevar yo todo, sé que si tengo cualquier problema él va a estar cerca y en los tres finales de etapa estaremos juntos”, reconoce.

Claro que, aún así, lo que no le quita nadie a Guillermo es el esfuerzo de tener que pedalear en solitario en tres largas etapas de esfuerzo para cumplir con el objetivo de llegar el viernes al escenario de la gran final. Aproximadamente unos 420 kilómetros en total de los que ayer completó ya los primeros 128 para plantarse en la localidad burgalesa de Neila. “A la hora de plantearme el viaje he tratado de buscar una ruta que fuera lo más segura posible a nivel de tráfico pero también que pasara por sitios interesantes y que me permitiera disfrutar de verlos. Así que iré por la zona de Logroño hacia Soria para pasar por la Sierra de la Demanda y después el cañón del río Lobos y llegar a Madrid por Guadalajara”, detalla. A su favor juega su amplia experiencia con la montain bike y su incursión desde hace dos años en los triatlones con el equipo Vibike así que en el apartado físico no espera sufrir demasiado. “Más o menos estoy en forma y no tengo ninguna prisa así que cuando quiera descansar un poco paro y sin problemas. Lo único importante es llegar para estar el sábado a la noche en la gran final”, bromea.

Ahí ya sí estará acompañado de cerca de una veintena de amigos que irán llegando a Madrid entre el viernes y el propio sábado y con los que espera poder “celebrar” como se merece el triunfo albiazul. Lo que tiene claro, suceda lo que suceda, es que el viaje de regreso lo hará cómodamente sentado en algún vehículo. La bici está disponible para quien desee cogerle el relevo.

El protagonista. Guillermo Álvarez de Eulate, aficionado albiazul de 32 años. El año pasado fue a Pamplona en bici para ver el derbi. Contará con el apoyo de un amigo en coche para ayudarle con el equipaje.

La ruta. Ha organizado un recorrido de casi 420 kilómetros repartido en tres etapas. La primera la completó ayer entre Mendizorroza y Neila. La segunda la hará hoy hasta Atienza y la tercera y última mañana viernes con llegada al Vicente Calderón. Dificultad. En las dos primeras jornadas tendrá que afrontar un desnivel positivo de más de dos mil metros mientras que en la última la dificultad se reduce algo para quedarse ‘solo’ en 1.343 metros.