Vitoria - El Deportivo Alavés tiene la oportunidad esta noche de resucitar y dar por finiquitado su particular Via Crucis que engloba ya tres derrotas consecutivas en sus últimas comparecencias. El cuadro albiazul ha emborronado en las últimas semanas el sensacional trabajo realizado desde el arranque del curso y el objetivo de este equipo no es otro que acabar la campaña con las buenas sensaciones que le han acompañado de manera permanente desde el mes de agosto y que solo se han olvidado en unos encuentros recientes en los que los resultados han dejado de acompañarle. Este Glorioso se había acostumbrado a no dar continuidad a sus malas sensaciones, pero ahora se encuentra en su peor crisis del curso al encadenar tres derrotas consecutivas que le han dejado sin una aspiración clara en la clasificación cuando aún quedan siete jornadas por disputarse. Pese a ello, el objetivo de Mauricio Pellegrino y sus pupilos no es otro que abandonar la senda de espinas en la que actualmente se encuentran y seguir peleando por terminar la temporada en la mejor posición posible, al tiempo que se siguen dando pasos en la preparación de la próxima final de la Copa del Rey.

La semana en la que acumuló tres partidos en apenas siete días tras el último parón no le pudo sentar peor al equipo vitoriano, incapaz de sumar ni un solo punto de los nueve que se pusieron en juego. Tras ese duro varapalo sin apenas espacio a la digestión, la plantilla ha dispuesto de ocho días para oxigenar cuerpo y mente y preparar el duelo de esta noche contra el Villarreal, en el que se pretende dar un volantazo y cambio de dirección con respecto al pasado reciente.

El Glorioso no ha dejado de ser un equipo sólido y fiable defensivamente en esta mala racha, pero en lo que necesita mejorar, y es un mal ya arrastrado de todo el curso, es en su faceta ofensiva. Que no haya marcado en sus tres últimos compromisos es una cuestión de absoluta gravedad, pero peor todavía es comprobar que ni siquiera fue capaz de tirar a puerta en su reciente duelo contra el Espanyol, al que apenas fue capaz de crearle ocasiones a pesar de ir perdiendo durante gran parte del segundo tiempo. Y tampoco en el último encuentro en casa, ante Osasuna, el balance de remates fue para tirar cohetes.

El margen para la mejora es evidente y eso es lo que tratarán de hacer esta noche los albiazules ante un Villarreal que se juega su presencia en la próxima Liga Europa y que ya sufrió en la primera vuelta la contundencia de los vitorianos como visitantes. Entonces, el equipo de Pellegrino realizó una exhibición de pegada y capacidad de contención, con Fernando Pacheco emergiendo como gran figura para hacer buenos los goles de Ibai Gómez y Víctor Camarasa. Precisamente, en la visita a El Madrigal -ahora rebautizado como Estadio de La Cerámica- finiquitó el Alavés su peor racha de la primera vuelta -llegaba a tierras castellonenses tras haber perdido tres de sus últimos cuatro partidos- para cerrar el giro inicial al calendario con una sola derrota en los últimos siete encuentros.

En la búsqueda de la mejoría, las dudas estarán en saber qué decide un Pellegrino que en las últimas jornadas se ha sacado de la manga varias sospresas completamente inesperadas que, si a los fríos resultados hay que remitirse, no han ofrecido el rendimiento deseado. Por ejemplo, ante Osasuna apostó mayoritariamente por futbolistas que no son de los más habituales; mientras que en la visita al Espanyol recuperó el sistema de tres centrales.

En un duelo en el que la necesidad es importante para salir del actual estado de ánimos bajos, no cabe esperar que El Flaco haga experimentos. Alexis y Ely se juegan un sitio en el centro de la defensa, mientras que Toquero y Romero lo hacen en el extremo derecho.