Vitoria - Tras haber encadenado tres partidos en el exiguo margen de siete días que se han saldado con otras tantas frustrantes derrotas, el Deportivo Alavés tiene ahora por delante una semana entera -no vuelve a jugar hasta el próximo lunes por la noche contra el Villarreal- para tomarse un respiro, oxigenar tanto las piernas como la mente y reflexionar crítica y pausadamente acerca de los problemas que le han afectado en esta triple jornada que de manera tan dañina se ha saldado para sus intereses. Quedan todavía siete partidos por delante para que la temporada liguera baje el telón y lo que no puede permitirse El Glorioso es un cierre de curso que empañe el sobresaliente rendimiento que había ofrecido hasta la fecha.

Lo primero y fundamental es alejar del vestuario la sensación de derrotismo que se ha instalado ya en el entorno del equipo. Ya se sabe, los resultados son el juez que dicta sentencia y los mismos que hace un par de semanas encumbraban a este equipo son los que ahora quieren echarlo directamente a los leones. La realidad en forma de números, que es lo tangible, habla de tres derrotas seguidas, la que es la peor racha de resultados de la temporada. Pero tampoco es faltar a la verdad señalar que el equipo ha estado dentro de los tres partidos y que en todos ellos podía haber puntuado de sobra de haber puesto un poco más en el lado de la balanza de los argumentos favorables.

La línea entre la victoria y la derrota es tan fina en el fútbol que cada detalle es decisivo. Y los análisis, al menos los externos, tienen bastante más que ver con los resultados que con lo que se ve sobre el césped. La historia reflejará que, antes del parón, el cuadro albiazul se impuso a Málaga y Real Sociedad, pero pocos se acordarán que en esos partidos el juego no fue mucho mejor que en estas tres derrotas encadenadas y que, ni mucho menos, se alcanzó el nivel exhibido durante la segunda parte en el Santiago Bernabéu. La diferencia es que entonces se aprovecharon con mucha efectividad las ocasiones, sobre todo en La Rosaleda donde prácticamente se hizo pleno con dos regalos del Málaga que no son para nada normales entre profesionales, mientras que en esta serie negativa el equipo ha sacado un nulo rendimiento a su ofensiva, a veces por sus errores y en otras ocasiones por su impericia a la hora de generar remates.

la lacra del gol Precisamente, los problemas de cara a la portería rival son el principal debe de este equipo desde el arranque del curso. Que El Glorioso sea el tercer peor conjunto de Primera División en este apartado no es para nada una casualidad. Normalmente, las oportunidades llegan con cuentagotas. Y, encima, el porcentaje de acierto en el remate no es que sea de los más elevados. Es evidente que, al menos, hay que intentarlo con más ahínco y buscar la portería cuando haya ocasión sin marear el balón.

Tras regresar el sábado por la tarde de Barcelona, de momento Pellegrino ha decidido que su equipo disponga de jornada y media de descanso. Unas horas muy necesarias para que los jugadores se oxigenen y retomen animados el trabajo hoy por la tarde. Además de la necesidad de cerrar el curso con buenas sensaciones y en la mejor posición posible, la presencia en el horizonte de la final de la Copa del Rey obliga a no bajar el pistón en el esprint final del curso. El objetivo no es otro que llegar a ese partido en un estado físico, futbolístico y emocional muy alto para tratar de ganar al Barcelona y poder así alzar el primer título en la historia del club. Con ese objetivo, esta semana de reflexión y bajada de intensidad competitiva se antoja fundamental en la recuperación del equipo tras las tres derrotas seguidas.