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0-1, minuto 39: Feddal. Saque de esquina pasado de Ibai que baja Laguardia, el marroquí controla y saca un duro zurdazo abajo e inapelable.

1-1, minuto 71: Juan Carlos. Gran pase en profunidad de Charles para la ruptura del lateral, que define ante la salida de Pacheco. 1-2, minuto 91: Edgar. Nuevo error de Demichelis, Deyverson recupera el balón y se lo pasa al tinerfeño que gana la ventaja a Luis Hernández y sacar un disparo raso al palo corto que sorprende a Kameni.

Expulsó por doble amarilla a Feddal (minutos 56 y 72). Amonestó a Camacho (minuto 65), Demichelis (minuto 76) y Deyverson (minuto 84).

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málaga - En una competición tan igualada como la Primera División es fundamental aprovechar los errores del rival y minimizar los propios al máximo o, cuando se cometen, tratar que no sean fatales. El Deportivo Alavés interpretó a la perfección esta máxima en Málaga para llevarse la victoria con dos goles que vinieron precedidos de fallos gravísimos de Martín Demichelis. Un Glorioso que fue ampliamente superior en el primer acto, que se diluyó en el segundo, que fue seriamente perjudicado por el arbitraje de Undiano Mallenco y que fue capaz de rescatar una victoria cuando, con diez jugadores, parecía abocado a caer. La grandeza y la miseria del fútbol.

Había asegurado de antemano Pellegrino la titularidad de Raúl García en sustitución del sancionado Theo y la única duda radicaba en saber si el técnico argentino daba paso a jugadores que, como Óscar Romero, llaman con fuerza a las puertas de la titularidad. De momento, la segunda unidad habrá de esperar. La confianza en el bloque de base es elevada y el preparador albiazul la mantiene inalterable cuando no existe obligación.

Con el revulsivo que supone tener un entrenador nuevo en el banquillo, el Málaga de Míchel salió impetuoso, lo que unido a alguna indecisión visitante generó inquietud. Pero no tardó en asentarse el Alavés, tratando de explotar su juego por bandas con una primera llegada de Raúl García y un servicio que Kameni le quitó de la cabeza a Deyverson. La respuesta local vino con un disparo desde la frontal de José Rodríguez, atajada por Pacheco.

Tras ese intenso intercambio de golpes inicial, el duelo se metió en un tramo de reposo. El juego se ralentizó por completo, con el cuadro vitoriano llevando el peso pero sin ser capaz de encontrar espacios para avanzar. En medio del bostezo, el cuadro andaluz se encontró con un despiste de la zaga vitoriana, pero ahí estaba de nuevo Pacheco para salvar los muebles ante Charles.

Acto seguido llegó el primer fallo grave de Undiano mallenco. Un exceso de confianza de Luis Hernández que aprovechó Camarasa para comerle la tostada, robarle el balón e internarse en el área. El defensa agarró claramente la camiseta del valenciano por su espalda, pero el colegiado no señaló el penalti.

Ese serio aviso desinfló por completo a los de Míchel, siendo desde entonces el control total de El Glorioso. La sensación de presión era creciente para el inquilino de La Rosaleda, pero al Alavés le faltaba la pincelada de calidad para definir. La encontró en un saque de esquina regalado por Demichelis. Ejecutó Ibai buscando a Laguardia y el maño fue capaz de tocar el balón lo suficiente para dejar a Feddal en una situación de ventaja que resolvió cual delantero. Sartenazo del marroquí con la zurda y a la cazuela. Al descanso, el dominio de los de Pellegrino se veía compensado con ese gol a los 39 minutos.

El Málaga regresó del vestuario consciente de que se estaba metiendo en serios apuros y en el arranque del segundo acto dio un paso adelante en su ofensiva. A base de adelantar jugadores y meterlos en el área visitante, los de Míchel consiguieron generar peligro, pero ahí estaba una y otra vez la figura impertérrita de Pacheco guardando las llaves del candado de su portería.

El Alavés sesteaba, pero de la nada pudo haber sacado un gol si no llega a aparecer de nuevo un Undiano Mallenco que se ha convertido en un colegiado lamentable. No aplicó la ley de la ventaja cuando Edgar se podía plantar ante Kameni solo, dejó sin castigar un empujón de Sandro a Raúl García que bien pudo haber sido expulsión y a punto estuvo de acabar con el empate. El mismo, con un Alavés ya muy desorganizado, llegaría apenas segundos después en una acción de gran calidad de Charles rematada por Juan Carlos. Y, de seguido, llegaría la expulsión de Feddal por dos amarillas -la segunda tras falta no castigada sobre Edgar-, rigurosas si se tiene en cuenta el rasero que aplicó con los locales. Del viento favorable en las velas -además se lesionó Raúl y se gastaron los cambios para recomponer la defensa con Vigaray y Ely-, a un vendaval en contra.

Por si quedaba alguna duda, la figura de Pacheco se fue agigantando cada vez más. Resistía El Glorioso como buenamente podía las acometidas locales y no dejaba de buscarlo a la contra. Así hasta que la presión de Deyverson provocó otro error grosero de Demichelis. Salida en velocidad de un Edgar que, en el minuto 91, evidenció que no ha perdido su idilio con el gol pese a su lesión y que rescató una victoria que permite seguir soñando.

Siempre serio. El Alavés fue mucho mejor que el Málaga en la primera parte y se fue con ventaja al descanso, pero en la segunda le tocó sufrir muchísimo al no estar tan bien ordenado. Eso sí, gran parte de los problemas vinieron marcados por el horrible arbitraje de Undiano Mallenco, que restó muchísimo. Con un jugador menos, el equipo albiazul volvió a estar ambicioso y tuvo premio.

Aprovechar el error. El Málaga, a través de la figura de Martín Demichelis, cometió dos errores gravísimos y de ellos se aprovechó a la perfección para conseguir sus dos dianas con sus dos únicos disparos entre los tres palos. Además, el cuadro vitoriano estuvo muy serio durante todo el partido y supo sufrir.

Horripilamte Undiano. El arbitraje de Undiano Mallenco fue gravemente perjudicial para los intereses alavesistas. Tuvo tres decisiones determinantes en las que se equivocó de manera flagrante en acciones que pudieron haber sido decisivas. Un rasero distinto para cada equipo.

El extremeño volvió a protagonizar unos de esos encuentros extraordinarios a los que acostumbra. El Málaga tuvo multitud de ocasiones, pero el guardameta estuvo excepcional.

Volvió a protagonizar una primera parte floja y con muchos errores, pero en esta ocasión no fue capaz de conectarse en la segunda cuando siempre crecía tras los descansos.