Vitoria - El Deportivo Alavés no tenía una papeleta sencilla en su desplazamiento del sábado a tierras gallegas, pero acabó amarrando la séptima victoria de la temporada destilando esas sensaciones que dejan los equipos grandes de hacerlo sin le necesidad de ofrecer su mejor versión. Muchas son las tardes que este equipo se había exprimido hasta más allá de sus límites para quedarse sin el premio que tanto había merecido, pero en Riazor fue capaz de ganar incluso a pesar de haberse mostrado muy inferior a su rival durante prácticamente una hora del juego. Recurriendo de nuevo a esa construcción que afirma que el fútbol es un estado de ánimo, la ola de positividad que rodea al Glorioso está ahora empujando con inusitada fuerza. Cuando el mes de febrero ni siquiera ha concluido y queda prácticamente toda la segunda vuelta por disputarse -quince encuentros y 45 puntos aún deben ponerse en juego-, el equipo de Mauricio Pellegrino tiene casi sellada la permanencia y, por méritos propios, se ha ganado el derecho de mirar hacia arriba.

Con la victoria en A Coruña, la renta con la zona de descenso se ha ensanchado de nuevo hasta los catorce puntos. Se espera una reacción final por parte de Sporting y Granada -la proyección de la salvación en estos momentos es de solo 27 puntos-, pero la misma tendría que ser de magnitud semejante a la del hundimiento vitoriano para correr algún mínimo riesgo. El objetivo es dejar sentenciada esa cuestión cuanto antes con otra buena tacada de puntos y, a partir de ahí, el cielo será el único techo para este equipo que está ofreciendo un nivel muy por encima de lo esperado.

Asentado desde hace semanas en la zona media de la clasificación, la igualdad existente entre los ocupantes de esos puestos y el buen rendimiento mostrado por el propio Alavés alientan a que el cuadro vitoriano ponga sus ojos en los que le preceden en la clasificación y no en los que le persiguen. Si a los márgenes de puntos hay que remitirse, El Glorioso se encuentra mucho más cerca de la pelea por Europa que de la que se libra por mantener la plaza en Primera. Y, basándose en las sensaciones, los albiazules están mucho más cerca de los de arriba que de los de abajo.

Hay cosas que no se dicen en voz alta, pero que se piensan. Y Europa vuelve a rondar por las cabezas de todo el alavesismo. La primera de ellas, la más ambiciosa: la de Josean Querejeta. El máximo mandatario está, lógicamente, satisfecho con el papel que está desempeñando su equipo, pero si por algo se caracteriza es por aspirar siempre a algo más. Y la Liga Europa le daría al club un salto cualitativo enorme.

Con los pies sobre la tierra, como no puede ser de otra manera, es evidente que se trata de un objetivo realmente difícil de conseguir. La ventaja en el caso del Alavés es que tiene dos vías para lograrlo. Complicadísimas, pero reales. Por una parte, ganar la Copa le daría plaza europea directamente. A través de la liga, si no se alza con el primer título de su historia, necesitaría ser séptimo, ya que la clasificación del Barça para la Liga de Campeones ampliaría en una las plazas para la Liga Europa. Y ese puesto, actualmente ocupado por el Eibar, solo se encuentra a cinco puntos.

Es evidente que no se trata de una meta fácil de alcanzar, pero este proyecto encabezado por Pellegrino se ha ganado, al menos, el derecho a intentarlo. Nadie se rasgaría las vestiduras si no se consigue, pero, con la permanencia asegurada y mucha competición por delante, qué menos que plantearse retos difíciles. En ese caso, la presión que tienen otros clubes para los que el objetivo es Europa no recaería en el Alavés.

Más allá de ese sueño de participar por tercera vez en la historia del club en la segunda competición continental, la clasificación final tiene bastante relevancia a la hora de repartir el dinero del pastel televisivo de la próxima campaña. Una cuarta parte del contrato se divide a través de los méritos deportivos de cada club en las cinco últimas temporadas. Con cuatro de ellas en Segunda, es evidente que el club albiazul va a seguir a la cola en ese sentido la campaña venidera, pero cuanto mejor clasificado acabe mayores serán sus ingresos y, de paso, irá asentando una base muy sólida de cara a futuros repartos.