donostia - Una de las máximas que defienden muchas personas en el entorno txuri-urdin es que a la Real le conviene una Liga en la que haya el mayor número posible de equipos del norte. Pese a que en los últimos años se ha revertido en cierta manera los malos resultados en tierras andaluzas que solía cosechar, a los blanquiazules todavía les cuesta mucho regresar con suculentos botines en sus salidas al sur.

En cambio, en lo que respecta a los partidos en el norte, salvo algún estadio maldito, en la gran mayoría ha sido capaz de obtener buenos resultados. Con el ascenso el pasado verano de Alavés y Osasuna, el hecho de que esta temporada iban a ser cinco los equipos vascos en Primera parecía descubrir un escenario bastante halagüeño para los realistas. Desgraciadamente, esta Real demasiado acostumbrada en los últimos meses a desperdiciar oportunidades, por ahora también está dejando pasar lo que parecía una ocasión bastante propicia.

Los de Eusebio van a ser el primer conjunto que completará los cuatro derbis después de enfrentarse este sábado al Alavés y en la jornada nueve de la primera vuelta. Su bagaje es más que discreto, ya que hasta la fecha, en los tres duelos que ha disputado, solo ha logrado tres puntos, los que sumó en El Sadar en su primera salida de la temporada al vencer por 0-2 con tantos de Juanmi y de Unai García en propia meta.

Los otros derbis que se han disputado han confirmado su componente adicional en cuestión psicológica, debido a que probablemente han supuesto los dos mayores disgustos de la afición txuri-urdin en lo poco que llevamos de curso. En la sexta etapa del campeonato, los donostiarras sucumbieron por tercera visita consecutiva a su vecino guipuzcoano en Ipurua por 2-0, en una actuación para olvidar.

La otra gran decepción se produjo el pasado domingo en San Mamés, cuando la Real cayó por 3-2 pese a ponerse por delante en el marcador y cuanto tenía a toda su parroquia ilusionada con lograr un triunfo ante el eterno rival que le hubiese permitido engancharse a la escapada buena que se está formando en los puestos europeos del campeonato.

Los realistas están obligados a derrotar al Alavés en Anoeta, en el que será su primer duelo de rivalidad geográfica en casa, para cerrar el poker de citas con un registro más acorde con su supuesto potencial, sobre todo si se compara con los presupuestos para esta campaña de vitorianos, navarros y eibartarras. Lo que está claro es que en esta primera vuelta no va a ser el equipo que reine en los derbis, pase lo que pase en su cita del sábado.

Con el triunfo de ayer en Ipurua, Osasuna, Athletic y Eibar igualan los tres puntos que han sumado los blanquiazules pese a que los rojillos y los armeros solo han disputado dos encuentros, es decir les faltan otros dos, y que los bilbaínos se estrenaron en este tipo de choques con su triunfo del pasado domingo, por lo que le quedarán tres. El Alavés, en cambio, afrontará su primer derbi en Anoeta.

A nadie se le escapa que los tres duelos ante vecinos del comienzo de la segunda vuelta marcarán en cierta manera el devenir de una Real que está viendo cómo se le escapa el tren de los aspirantes a las plazas europeas y que va a tener que hacerse fuerte en su estadio si pretende rehacerse y escalar posiciones. La visita del Alavés, una de las revelaciones del campeonato pese a haber confeccionado una plantilla casi entera nueva, se convierte casi en una cita en la que tendrá prohibido fallar si no quiere que se vuelvan a enturbiar sus aguas...

Real (3 puntos)

Osasuna-Real0-2

Eibar-Real2-0

Athletic-Real3-2

Real-Alavés-

Eibar (3)

Eibar-Real2-0

Eibar-Osasuna2-3

Osasuna (3)

Osasuna-Real0-2

Eibar-Osasuna2-3

Athletic (3)

Athletic-Real3-2

Alavés

Real-Alavés-

3

puntos en tres derbis jugados fuera es el bagaje que ha acumulado la Real hasta la fecha. En la novena jornada, va a afrontar el primer duelo de rivalidad geográfica en casa ante el Alavés