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1-0, minuto 22: Lekic. Internada de Pons que Laguardia no corta y el centrocapista sirve atrás para el remate de Lekic a la escuadra.

Amonestó a Carpio (minuto 29), Mora (minuto 69) y Guichón (minuto 93). Mostró tarjeta amarilla al preparador físico del Alavés, Javier Vidal, en el minuto 85.

Girona - El Deportivo Alavés sufrió ayer un frenazo completamente inmerecido en su visita al Girona, una derrota que propiciará que la zona noble de la tabla se apriete mucho más y que el cuadro albiazul vea recortada la diferencia que manejaba al principio de la jornada. Con muchas menos ocasiones de cara a la portería rival, este Glorioso ha sido capaz de llevarse multitud de victorias como visitante a lo largo de la temporada. Pero en Montilivi el gol se negó en una serie de acciones muy claras que se frustraron incluso sobre la línea. En el otro lado de la balanza, el Girona supo aprovechar a la perfección sus buenos minutos en el ecuador de la primera parte para ponerse por delante en el que prácticamente fue su único remate a portería -los otros dos ya llegarían en el tramo final, con el cuadro visitante fundido y buscando el empate- para llevarse el triunfo y dejar al equipo vitoriano sin la posibilidad que se había ganado de marcar diferencias.

Realizó Bordalás un retoque por obligación y otro por motivación táctica. La baja del sancionado Toquero propició la recuperación de Femenía para el extremo derecho tras dos semanas fuera del equipo por lesión, mientras que el regreso de Manu García al centro del campo tras un partido en la grada por acumulación de cinco amarillas condujo a Juli al extremo izquierdo y a Dani Pacheco al banquillo, lo que ya es tendencia en los partidos a domicilio.

Apretó en la presión de salida el cuadro albiazul y buscó sus primeras opciones a balón parado. Así, en apenas tres minutos, Carpio tuvo una ocasión de oro con un cabezazo que se le fue desviado cuando Becerra había hecho la estatua en un córner. Poco después, hubo de emplearse a fondo el guardameta para salvar un disparo abajo de Barreiro. Brillante iniciativa la de los alavesistas, a los que solo les faltó el premio en ese gran arranque.

Tras esa acometida inicial visitante, el Girona fue capaz de hacerse con la posesión de balón y frenar el sufrimiento al que se estaba viendo sometido. Laguardia hubo de salvar los muebles cuando Borja García se quedaba en el mano a mano ante Pacheco. A la segunda, no fallaron los catalanes. Pons se encontró un pasillo enorme que no pudo taponar Laguardia y Lekic mandó el balón a la escuadra a los 22 minutos.

El gol rearmó a los de Machín, que se hicieron dominadores absolutos del balón y sometieron al cuadro vitoriano a un enorme sufrimiento. La superioridad en el centro del campo, donde el trivote de Bordalás naufragó, se convirtió en una gran ventaja para los gerundenses. Dominio absoluto por parte local ante un Alavés incapaz de quitarse de encima esa constante sensación de agobio que le llevó a cometer muchos errores en la circulación.

Necesitaba El Glorioso alternativas en la segunda parte y Bordalás dio entrada a Dani Pacheco, dejando fuera a Carpio y llevando a Femenía al lateral derecho, aunque manteniendo un dibujo que no había funcionado . El Girona cedió el balón y muy pronto disfrutaron Barreiro y Juli de una doble ocasión que salvó primero Becerra y bajo palos Clerc. Un cabezazo con la coronilla del delantero gallego sería la siguiente ocasión de un equipo que de nuevo arrancaba muy bien.

Fue el preludio de una segunda mitad de dominio absoluto por parte de los alavesistas, pero en la que las ocasiones no llegaron con continuidad. Ante un equipo muy poderoso en el centro con tres defensas enormes y uno de los mejores guardametas de la categoría, faltó ese punto de acierto necesario para marcar la diferencia. En los pies de Juli estuvo la última ocasión, pero Becerra, a trancas y barrancas, fue capaz de meter la punta de los dedos para abortar esa última opción del cuadro albiazul.

Un inmerecido frenazo en Girona, donde se erró en las áreas a pesar de disfrutar de un buen puñado de ocasiones clarísimas, un bagaje superior a otros desplazamientos pero con nula efectividad. La clasificación se apretará más por arriba. Aún queda mucho por remar.

El gallego volvió a ser la gran amenaza ofensiva del equipo y disfrutó de tres buenas oportunidades que no fue capaz de embocar tras una gran pelea con los tres centrales del Girona.

Sin puntería. El Alavés disfrutó de muchísimas más ocasiones de lo que viene siendo costumbre en sus desplazamientos, pero el conjunto vitoriano no estuvo acertado de cara a la portería rival en varias acciones muy claras y acabó pagando caro un solo error defensivo a lo largo de los noventa minutos. Su único debe, su tardanza para hacer los cambios, de nuevo demasiado tardíos.

El madrileño protagonizó una actuación horrible, incapaz de imponerse en el centro del campo y sufriendo muchos problemas con el balón que provocaron pérdidas peligrosas.

Un solo error. El Alavés volvió a ser serio y solvente ante uno de los mejores equipos del momento en la Liga Adelante, pero pagó muy caro su único error defensivo. Pons aprovechó a la perfección el carril que encontró entre Carpio y Laguardia para servir el gol en bandeja a Lekic.

Falta el gol. El conjunto vitoriano sumó muchas más ocasiones de gol que en la mayoría de sus actuaciones como visitante, pero esta vez le falló ese acierto en el remate que le ha acompañado con asiduidad lejos de Mendizorroza. Carpio, Barreiro, Manu García y Juli tuvieron el gol en sus botas, pero no marcaron.