Vitoria - Se ha atascado el Deportivo Alavés en un bache del que ha sido incapaz de salir a lo largo de cinco jornadas en la que no ha podido sumar ninguna victoria, por lo que se encuentra en su peor momento de la temporada en lo que a resultados se refiere. El triunfo ya no puede esperar más en el caso de un Glorioso que ha ido quemando en las últimas semanas un buen puñado de oportunidades de haber dado un golpe sobre la mesa prácticamente definitivo en sus aspiraciones de ascenso. Y es que, a pesar del mal momento que atraviesa, el cuadro albiazul sigue instalado en la zona de mayor privilegio con cierta comodidad. El colchón de puntos que había conseguido con anterioridad y la igualdad que reina en una Liga Adelante más reñida que nunca y que propicia que cada victoria cueste un mundo le han permitido salvar la cara en su peor momento. Abrir el fin de semana todavía en la segunda plaza y con tres puntos de renta sobre los más inmediatos perseguidores suena prácticamente a ciencia ficción, pero es la pura realidad. El problema es que ese equilibrio de fuerzas no va a durar eternamente y llegará el momento en el que algún equipo consiga encadenar una serie de buenos resultados que le propulsen hacia la zona privilegiada de la clasificación. Quiere ser el bloque de José Bordalás el que se adelante a la reacción del resto con el revivir propio. Después de cinco partidos consecutivos sin conocer el triunfo, la cuestión de la victoria se convierte ya en obligación esta tarde en Mendizorroza contra un Lugo al alza.
Como siempre, afirmar que hay que ganar es mucho más sencillo que conseguirlo. Más aún en unas últimas jornadas en las que el Alavés ha evidenciado un serio atasco en ese camino que conduce al triunfo, sobre todo por sus problemas de cara a la portería rival. El precio del gol se ha puesto por las nubes para un cuadro vitoriano que echa de menos a sus hombres de vanguardia y también el acierto que hace unas semanas le acompañaba en el juego a balón parado. El conjunto albiazul solo ha sido capaz de hacer diana en dos ocasiones en esta racha de cinco partidos sin ganar y las dos veces ha sido Raúl García, el lateral izquierdo cabe recordar, el autor del tanto. Requiere el equipo la mejoría inmediata de sus atacantes, como parece evidente.
La semana ha tenido una noticia positiva y otra negativa. Por un lado, el Comité de Apelación revocó, en una medida muy pequeña, el atropello que González Fuertes cometió el pasado domingo en El Sadar y echó por tierra la primera tarjeta amarilla que Sergio Mora recibió contra Osasuna y que sería el preludio de su casi inmediata expulsión. De esta manera, podrá contar Bordalás con su cerebro en el centro del campo y el jugador que le pone el criterio a un Glorioso que no anda sobrado de ideas.
La presencia del centrocampista madrileño sitúa un peso importante en el lado positivo de la balanza, pero ese peso es todavía mayor en el platillo de lo negativo. El esguince de tobillo que sufrió el lunes Fernando Pacheco obligará al preparador alavesista a realizar un cambio en la portería por primera vez en lo que va de temporada. El mejor jugador albiazul del curso se quedará en la grada y dejara su hueco a un Pau Torres que se estrenará esta tarde en el fútbol profesional y que acumula diez meses sin disputar un partido oficial y siete, desde la pretemporada sin disponer de un solo minuto. La responsabilidad que le cae encima al guardameta barcelonés es enorme, ya que precisamente la portería era lo mejor de este equipo. Que mantenga la cabeza fría será clave para que saque a relucir, en el caso de que así se lo exija en Lugo, las condiciones que le llevaron a ser elegido para ocupar la meta vitoriana tras una gran trayectoria en Segunda División B.
Las armas del Alavés son bien conocidas y con ellas tratará de hacer frente a un Lugo que presenta la mejor racha de la categoría al haber ganado sus dos últimos partidos, seis puntos encadenados que les han permitido a los gallegos, ahora de la mano de José Durán tras la dimisión de Luis Milla, engancharse a la pelea por el play off.