Vitoria - El Deportivo Alavés vivió el domingo en El Sadar un nuevo capítulo de la batalla que desde el arranque del curso le viene enfrentando, aún sin nadie saberlo, al estamento arbitral. Un penalti más que dudoso que conllevó la expulsión -décima del curso, el que más en la Liga Adelante- de Sergio Mora condujo al equipo de José Bordalás a acabar en inferioridad un partido por sexta vez en lo que va de temporada, un registro que solo igualan Girona, Huesca y Tenerife. Las marcas de El Glorioso se elevaron en El Sadar hasta los 206 minutos con un futbolista menos, en ocasiones incluso dos, sobre el césped, una cifra solo igualada por los chicharreros y que sitúa a vitorianos y tinerfeños como los peores de la categoría en este sentido. Eso sí, por el simple consuelo de no ser el último de todos, el balance global de los canarios si en la cuenta se computan también los minutos que se ha actuado en superioridad, ya que el Alavés ha disfrutado de 94 minutos con un jugador más por los 54 que presenta el Tenerife.
Gran parte de las quejas arbitrales que salen del vestuario de Mendizorroza -desde las oficinas del Paseo de Cervantes todavía no se ha emitido protesta alguna más allá de la queja tras la catástrofe perpetrada por Ruipérez Marín en la tercera jornada en Palamós- vienen marcadas por los diferentes raseros que utilizan los colegiados a la hora de penalizar sus infracciones y las de los rivales que tienen delante. Los albiazules saben que no son monjitas de la caridad repartiendo caramelos, pero entienden que a sus oponentes se les da una manga ancha que se estrecha al máximo en su caso. El ejemplo más reciente evidencia que hay motivo para la queja. Dos amarillas para Mora en apenas cinco minutos por dos faltas que fueron, como poco dudosas, mientras que Berenguer se quedó en el campo tras una agresión clamorosa que el colegiado vio de cerca.
Así las cosas, durante 66 minutos estuvo el conjunto vitoriano con un jugador menos en Pamplona. Una situación que ya se había dado en cinco ocasiones con anterioridad. En la visita al Llagostera el equipo de Bordalás incluso acabó con dos hombres menos, ya que Carpio no jugó durante 59 minutos y Manu García se fue a la calle cuando aún quedaban 39.
Ante el Albacete estuvo dos minutos el cuadro albiazul en inferioridad por la expulsión de Guichón, la única por roja directa en lo que va de curso. Ante el Girona se repitió inferioridad durante 62 minutos por la doble amarilla a Einar y, además, durante otros dos minutos jugaron nueve contra diez, pero a la expulsión de Dani Pacheco le siguió casi de inmediato la de Mata.
Se volvieron a dar dos expulsiones en la visita al Elche, pero entonces una de ellas fue al banquillo por las protestas de Pau Torres. Eso sí, el cuadro vitoriano también acabó con uno menos sobre el césped ese día al perderse Carpio los 14 minutos finales de ese choque.
Ante el Leganés se vivió un nuevo capítulo, con la expulsión de Pelegrín para los tres minutos finales, mientras que el último episodio de la serie fue el vivido ante Osasuna, con Mora fuera desde el minuto 24. La roja al madrileño fue la tercera sufrida por el Alavés en una primera parte, lo que le sitúa como el equipo con más expulsiones en los primeros 45 minutos.
muy pocos penaltis El otro lado de la balanza es mucho más ambiguo cuando se echa un vistazo a los registros. El Glorioso solo ha acabado en superioridad numérica tres partidos (los dos contra el Almería y el último contra el Zaragoza), un registro que solo es peor en los casos de Almería (dos veces ha terminado con uno más), Numancia (una vez) y Alcorcón (el único que no se ha beneficiado de ninguna expulsión), pero acumula 94 minutos con un jugador más, el noveno de la Liga Adelante.
En su visita a Pamplona, el conjunto vitoriano sufrió su segundo penalti en contra del curso. El primero, el famoso de Palamós fue un grave error arbitral. El del domingo, cuanto menos fue extremadamente riguroso y seguramente alguno de los que no se han castigado -por ejemplo, un clarísimo empujón de Pelegrín al punta del Llagostera Natalio- han sido bastante más sancionables.
No se está viendo excesivamente perjudicado el Alavés por las penas máximas -y, para colmo, las dos señalizadas eran perfectamente evitables-, pero tampoco se está viendo beneficiado por los penaltis a favor, que también son dos. Y, encima, llegaron con partidos completamente resueltos ante Osasuna y Bilbao Athletic, en lo que Manu García puso el 3-0 en el marcador. En este sentido, las quejas vienen por los que se han quedado en el tintero. Recientemente, el empujón de Serantes a Abalo en la visita al Leganés, el derribo de Toquero en el área del Oviedo o los dos clamorosos que el colegiado prefirió obviar en el duelo con el Nàstic.