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1-0, minuto 21: Barreiro. Toti recupera en zona de tres cuartos y sirve un pase a profundidad para que Barreiro bata a Mario con un suave toque cruzado por encima del guardameta.
1-1, minuto 29: Mariano. El Racing pilla a contrapié a la zaga albiazul y Mariano remata tras una buena conexión entre Iñaki y Quique.
2-1, minuto 67: Jarosik. Toti y Lanza sorprenden con saque de esquina rápido y el centro del catalán lo cabecea al palo Llamas, Jarosik recoge el rechace, remata de nuevo al poste y el rechace golpea en la espalda del portero para colarse en la meta.
Amonestó a Toribio (minuto 15), Barreiro (minuto 30), Lanza (minuto 53), Andreu (minuto 58), Laguardia (minuto 63), Llamas (minuto 70), Álvaro García (minuto 80) y Jarosik (minuto 82).
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Vitoria - El Deportivo Alavés ha puesto ritmo de crucero en Mendizorroza y ayer fue su propia inercia positiva la que le llevó a encadenar su quinta victoria consecutiva en Mendizorroza en un partido muy raro contra el Racing. El Glorioso mostró una superioridad enorme contra un rival que concedió unas facilidades considerables, pero, pese a ello, les costó un mundo hacer patente esa ventaja sobre el césped en el marcador. El cuadro albiazul ofreció ayer una versión gris, con muy poca fluidez en el juego y falta de clarividencia en los metros finales. Pero, al tiempo, fue capaz de marcar otros dos goles a pesar de disfrutar de muy pocas ocasiones para neutralizar el tanto racinguista en una de sus pocas llegadas y llevarse, no sin sufrir, tres nuevos puntos a la buchaca.
Por tercer partido consecutivo, Alberto apostó por el mismo once, incluyendo en el mismo a un Juanma que había sufrido una pequeña rotura de fibras en Lugo pero que realizó un esfuerzo importante para poder ser de la partida. El extremeño se ha convertido en pieza fundamental en la sala de máquinas y su presencia genera una confianza en el colectivo muy importante.
El duelo se jugó de tú a tú desde los primeros compases, con un Racing que situó dos referencias constantes en punta que supusieron en todo momento una amenaza para un Alavés que, en la otra parte del campo, estuvo falto de fluidez en los metros decisivos. Con Juanma dirigiendo las operaciones, Toti ejerciendo de estilete y Barreiro de referencia constante, se echó de menos un punto más de precisión en la zona de tres cuartos. Una cuestión que vio muy pronto Alberto, que al cuarto de hora ya puso a calentar a un Llamas que a la media hora ingresaba en el terreno de juego.
Pero antes de eso ya habían pasado muchas cosas. Dos goles, ni más ni menos. El cuadro albiazul aprovechó a la perfección uno de los múltiples errores de un cuadro cántabro que cometió unos fallos tremendos en la salida de balón. Así, una recuperación adelantada de Toti -y no era la primera- se convirtió en un pase en profundidad para que Barreiro diese continuidad a su gran racha goleadora. Habían transcurrido 21 minutos de juego y el equipo de Alberto había hecho lo más difícil, pero en ningún momento ofreció síntomas de sentirse cómodo sobre el césped. Y no será por las facilidades que le dio la zaga santanderina, que fueron todas las del mundo. Las vías de agua se abrían por todos los flancos, pero a la hora de encarar los metros definitivos faltaba ese punto de lucidez necesario para definir. Justo cuando el Alavés parecía tener dominado el partido, y después de que Barreiro desperdiciase una clara ocasión, el Racing aprovechó su única aproximación peligrosa. Un balón perdido en el centro del campo lo convirtió Andreu en un rápido contragolpe en el que entre Iñaki y Quique tejieron la jugada que propició el empate de Mariano. Nada pudo hacer Goitia.
Con El Glorioso dando la sensación de ser tremendamente superior a un oponente con graves despistes en defensa, el partido llegó al descanso con tablas en el marcador y con el aroma de que el camino hacia la victoria iba a ser espinoso más por culpa de las imprecisiones propias que por el acierto de un rival que ofrecía muy poca cosa.
La cuestión no mejoró casi nada en la segunda parte, pero a este equipo no se le pueden negar las ganas. Se hizo con el dominio absoluto del balón y encerró por completo a su rival en el área propia. Se convirtió el Alavés en martillo pilón para percutir repetidamente, ya fuese mediante la combinación y buscando la referencia inamovible en el área de Barreiro, pero sin llegar a generar claras ocasiones.
Así hasta que en un saque de esquina Toti y Lanza sorprendieron sacando rápido. El centro del barcelonés lo cabeceó Llamas al palo, pero Jarosik cazó el rechace y remató de nuevo al poste, aunque en esta ocasión el esférico salía rebotado sobre la espalda del guardameta Mario para colarse definitivamente en la red del Racing.
Volvía El Glorioso a conseguir lo más complicado, ponerse por delante. Y también volvía a desaprovechar las opciones de asegurarse la calma definitiva. No era la tarde más brillante del equipo, pero al inercia ganadora se encargó de hacer el resto. Sin brillantez, pero con efectividad. Ganar, ganar y ganar.
Un partido extraño. El Alavés se encontró con un oponente que dio muchísimas facilidades en defensa y regaló multitud de balones, pero le costó mucho más que en los partidos precedentes leer el partido correctamente y apenas consiguió generar ocasiones claras de gol.
Más efectivo que efectista. Al conjunto albiazul le costó desarrollar el mismo juego efectista con el que desarboló a Zaragoza, Mallorca y Osasuna, pero, al menos, se mostró bastante efectivo en las pocas ocasiones de que dispuso para sumar una nueva victoria, la quinta seguida en casa, aunque fuese con sufrimiento.
Quebradero de cabeza para la defensa del Racing en todo momento. Ganó la partida en los balones aéreos, se sacrificó mucho en el trabajo defensivo y volvió a marcar de nuevo.
Por segundo partido consecutivo, vio una tarjeta amarilla en los primeros minutos de juego que le impidió desarrollar su estilo. Sacrificado en el minuto 36 para dar entrada a Llamas.
Victoria sin brillo. No acertó con la alineación al echar de menos el equipo algo más de creatividad entre líneas, pero rectificó rápido para dar entrada a Llamas y el equipo al menos mejoró con el balón. El fútbol no resultó tan brillante como en los últimos partidos en Mendizorroza y el Racing, con muy poco, dio sensación de peligro, pero se peleó hasta el final para conseguir otra victoria más.