Vitoria - “Ganar, ganar y ganar y volver a ganar y ganar y ganar y volver a ganar”. Muchas fueron las citas que dejó Luis Aragonés para el recuerdo, pero el Deportivo Alavés está empeñado a aplicar esta máxima que abre el texto y que resume el que es el único objetivo de todo equipo profesional cuando salta a competir en cada partido. Al Glorioso lo de conjugar el verbo ganar en primera persona no se le está dando excesivamente bien esta temporada. Y ya de repetir de un fin de semana a otro, ni hablamos. Ese encadenado de seis puntos es el que habitualmente permite dar un salto importante hacia arriba en la clasificación, pero el cuadro albiazul ha sido incapaz de unir los dos eslabones en las cinco ocasiones precedentes que venía de ganar. La decepción siempre ha seguido a la euforia, pero a la sexta tiene que llegar ya la vencida. Todo el trabajo que este equipo viene desarrollando ya desde el mes de julio merece una recompensa que una y otra vez se ha escurrido entre los dedos. Por ello, sumar una segunda victoria consecutiva supondría alejar definitivamente esos fantasmas que siempre podrían reaparecer si se vuelve a entrar en un momento crítico como el que se vivió hace apenas unas semanas.
Al Alavés le llega en Huelva el momento de demostrar que se encuentra plenamente recuperado de esa mala racha que vivió entre el final de diciembre y el comienzo de enero. Ante el Las Palmas ya dio síntomas de mejoría, aunque se quedó con la miel en los labios al final. Frente al Leganés, por fin, se desquitó con más efectividad que fútbol. Se ha regresado a la senda de la solidez defensiva, clave en los mejores momentos del equipo, y ya no se puede abandonar ese camino de seriedad para seguir amasando una buena cantidad de puntos que asegure la tranquilidad de cara al final del curso.
El cuadro entrenado por Alberto tiene ante sí en la visita al Recreativo la oportunidad de quitarse de encima las dudas que arrastra con un triunfo que le reafirme en su apuesta. Y es que, pese a haber ofrecido un rendimiento bastante constante en el que no hay ni grandes picos ni profundos valles, lo cierto es que a este Alavés cada victoria le cuesta un mundo.
No será sencillo, por ello, ganar en el Nuevo Colombino por mucho que el Decano del fútbol estatal se encuentre atravesando por la peor crisis de sus 125 años de historia. Los problemas económicos de un club que arrastra unas deudas que hacen peligrar su viabilidad al final de la temporada se han trasladado al césped hasta asentarse definitivamente en el vestuario onubense. Un punto de los últimos 27 posibles ha conseguido el equipo de José Luis Oltra, la peor racha en la historia de una entidad que ni siquiera ha podido reforzarse en el mercado invernal por las deudas arrastradas con su plantilla y que encima ha perdido efectivos en enero.
El panorama para volver a cazar a domicilio se presenta esperanzador para el equipo vitoriano, pero no hay rival más peligroso que el que está herido de muerte. Y es que no sería la primera vez esta temporada que El Glorioso ejerce de aspirina. Las visitas al Zaragoza y al Mallorca son claro ejemplo. Entonces se desaprovecharon las oportunidades para hundir a dos equipos que estaban heridos y que revivieron por la incapacidad alavesista de rematar al moribundo. No se puede repetir ese mismo escenario ante un Recreativo sacrificado y batallador, pero al que la cabeza ya le empieza a fallar.
La necesidad del cuadro onubense es, evidentemente, mucho mayor, pero este Alavés tiene que demostrarse a sí mismo que sus argumentos son sobrados para catapultarse hacia arriba en la clasificación. Y para eso, tiene una ocasión de oro esta tarde.