vitoria - Que el deporte no tiene memoria es algo que saben de sobra los deportistas, pero especialmente los que se dedican al fútbol. Bastan un par de malos resultados para convertir cualquier semana en una montaña rusa de sensaciones contradictorias. Lo que antes era bueno ahora es malo, o muy malo, quedando en franco declive la escala de grises, que en el fútbol no suelen abundar. Quizá el paso de la euforia a la depresión, y viceversa, resulte inevitable, pero el ritmo y la voracidad de la competición son tan altos que los equipos normalmente juegan dos partidos por semana, el oficial de los domingos y el que comienza a partir del minuto 90, lleno siempre de matices e interpretaciones no muy fiables. El Deportivo Alavés y su plantilla no escapan a esta realidad. Los resultados imponen la realidad y el contagio resulta inevitable, de modo que en tiempos de bonanza también la tentación de mirar hacia arriba resulte complicada de evitar. Quizá sin quererlo, Xabi Castillo dio ayer una muestra de ello cuando fue interpelado por la situación del equipo. “En cuanto a juego está bien, el otro día conseguimos la victoria y este sábado tenemos otra vez la oportunidad de sumar, que en cuanto a confianza vendría bien porque en la tabla podríamos mirar para arriba; nos hace falta”, valoró el lateral antes de perfilar al próximo rival como un conjunto con experiencia “que va a costar doblegar; tenemos que tener paciencia”. De su estado personal tras el parón de las últimas semanas también habló el jugador, que reconoció algunas carencias como consecuencia de su falta de ritmo. “Todo lo que sea jugar yo estoy encantado pero hasta ahora físicamente no he estado bien y los plazos se han alargado más de lo debido. Ahora he empezado con la dinámica de grupo y a ver si sigue así”, explicó Castillo. La inoportuna lesión, añadió después, ha provocado una pérdida de ritmo evidente que ahora trata de recuperar a través del trabajo en grupo. Así y todo, reconoce el jugador que no se encuentra al 100%, aunque, como ocurrió en el último partido, las sensaciones fueron buenas. “Me encontré bien y aunque no estoy a tope al menos pude ayudar al equipo y sobre todo quiero intentar coger el tono físico de nuevo”, concluyó.

preocupa beobide Respecto al resto de compañeros tocados, el parte médico de ayer no difiere mucho del día anterior. En el seno del club sigue preocupando, y mucho, el estado de Jagoba Beobide, que ayer fue sometido a una gammagrafía para tratar de explorar el origen de sus dolencias abdominales. Por su parte, Juli trabajó ayer al margen del grupo debido a unas molestias que arrastra del partido ante el Sabadell, mientras que el centrocampista Juanma continúa con su proceso de recuperación. Unai Medina y Jarosick, aún dudosos para el partido ante la Llagostera, se ejercitaron en un primer momento con el resto del equipo y después por separado.