Vitoria. Lo pudo decir más alto, pero no más claro ni en más ocasiones. Como los casi 10.000 espectadores que acudieron en la tarde de ayer a Mendizorroza, Juan Carlos Mandiá no podía borrar de su cabeza la imagen del gol que concedió la victoria al Jaén. Un descomunal fallo que resulta incomprensible casi hasta en categorías inferiores y que, para agravarlo todavía más, llegó cuando ya no quedaba tiempo para poder enmendarlo. "Ha habido dos fases. Hasta el minuto noventa ha sido un partido disputado en el que por momentos hemos hecho las cosas bastante bien. Y a partir de ese momento ha ocurrido lo que nunca puede suceder. Hemos cometido un error de concentración que no se puede permitir. Si queremos competir debemos estar concentrados durante todo el tiempo que duran los partidos y no puede ser que regalemos una situación así", lamentó.
El técnico albiazul dejó claro que este resultado y la manera en la que se produjo suponen un "castigo severo e importante" para un Deportivo Alavés que se muestra incapaz de enlazar dos resultados positivos. No obstante, el preparador gallego no da ni mucho menos la situación por perdido y continúa manteniendo el optimismo. "El equipo tiene muchas cosas buenas para la esperanza. Debemos trabajar para mantenerlas y conceder mucho menos al rival", destacó. A pesar de ello, Mandiá también envió un mensaje directo a sus superiores. "Nos queda lo más duro y es evidente que necesitamos jugadores", espetó.