Vitoria. Ganar. En cualquiera de todas sus conjugaciones. No le queda otra alternativa al Deportivo Alavés que comenzar a conjugar con asiduidad en citado verbo de la victoria. Y ya de manera inmediata, no a largo plazo. Tiene que aprenderse ya de memoria todas las opciones que da de sí el verbo ganador, el que lleva ya dos meses sin llevarse a los labios. Y es que una cosa es encontrarse por debajo de la línea roja, que evidencia ya que la situación no es cómoda, y otra ver cómo la diferencia con la zona tranquila se va ensanchando irremisiblemente con el paso de las jornadas. Otro cantar que hay que atajar cuanto antes, ya que en estos momentos no hay riesgo mayor para los albiazules que verse descolgados en la tabla de manera prematura con una diferencia que no se pueda enjugar a corto plazo. Tras ocho jornadas consecutivas sin ganar, Juan Carlos Mandiá necesita dar ese volantazo a la trayectoria del equipo de manera inmediata. De lo contrario, los aires renovados que vienen aparejados a la incorporación de un nuevo técnico pueden comenzar a desprender un aroma a putrefacción desde demasiado pronto.

El preparador de Alfoz ya dio muestras de una propuesta de equipo diferente en su estreno en Riazor, pero tras semana y media de entrenamientos lo que la parroquia de Mendizorroza espera ya, casi con ansiedad, son resultados. Que sea más o menos vistoso no es para nada importante. Lo determinante, lo único que cuenta, es ganar. Eso sí, vistos los parámetros mostrados por este Alavés y las ideas del que es su nuevo técnico, parece que ese camino hacia el triunfo debe pasar inexorablemente por atacar con todas las fuerzas posibles y tratar de contener las no pocas vías de agua que se abren semana sí semana también en cada compromiso.

El examen de esta tarde vuelve a ser de exigencia máxima, ya que el conjunto vitoriano ha desaprovechado casi todos sus duelos directos antes oponentes que ocupan la zona baja. Ahora que el calendario le mide con los ocupantes de la zona de privilegio, las dificultades se incrementan. Eso sí, si este Alavés ha demostrado algo en lo que va de curso es que es capaz de plantar cara, incluso de borrar del césped, a casi cualquier oponente. El problema es que sus muchos minutos de virtuosismo se han visto empañados por unos pocos segundos de imperdonable ofuscación. Y así está el panorama como está.

Contener los problemas defensivos es la principal tarea de un equipo completamente desequilibrado en las dos partes del campo. El tercer mejor realizador, pero también el que más goles recibe. Por contra, el Lugo, cuarto clasificado, vive en el equilibrio que le aporta un fútbol gustoso por el control del esférico y muy atractivo a la vista. El particular jardín preciosista que Quique Setién ha cultivado en tierras gallegas se exhibe esplendoroso en la Liga Adelante, donde ya ha consolidado a un modesto club con el que el Alavés guarda una deuda pendiente que hoy pretende cobrar.

Y es que en Lugo se quebró una de las opciones alavesistas de regresar a Segunda División. Pero, más que en el Anxo Carro, fue en Mendizorroza donde el equipo por entonces dirigido por Miguel Ángel Álvarez Tomé perdió las semifinales por el ascenso. El recordado partido del sombrero de Carlos Indiano, el empate a cero final y el partido perdido en tierras gallegas con polémico final. Todo escuece todavía, ya que aquella eliminación conllevó dos años más de sufrimiento. Y mejor momento que esta tarde no hay para devolver la moneda y para poder, por fin, respirar un poco paladeando de nuevo el sabor de los tres puntos.

Y en esa búsqueda del triunfo no sería de extrañar que Mandiá plantease unas cuantas novedades más en su alineación titular, que ya fue removida en Riazor. En los apenas diez días que lleva campando a sus anchas por Ibaia, el preparador alavesista ha realizado probaturas de lo más diversas, ajustando a algunos futbolistas a demarcaciones que no les son habituales y perfilando variantes tácticas diversas. Ya en su estreno dejó alguna pincelada de esos cambios que quiere introducir y, con una semana de trabajo más en su haber, todo hace indicar que ante el Lugo se podrán atisbar variaciones muy relevantes con el objetivo de construir un equipo valiente y ofensivo que vaya a por todas en sus partidos.