El cambio de entrenador emprendido por Josean Querejeta no reportó ayer nada positivo al Alavés, que encadenó su octava jornada consecutiva sin ganar en Riazar ante un Deportivo que, hasta el gol de penalti obra de Viguera, se mostró muy superior a los gasteiztarras. Juan Carlos Mandiá, recién llegado al banquillo de Mendizorroza, asumió que sus pupilos se hallan en la obligació de mejorar ostensiblemente para salir del pozo. "Ha sido un partido muy intenso, hemos jugado contra un equipo que venía con gran confianza tras sus buenos resultados. En la primera parte, debimos haber exhibido más paciencia con la pelota y en la segunda estuvimos intensos y peligrosos. Tenemos que seguir creciendo en ritmo y juego porque es una competición dura donde ganar cada partido es complicado", resumió el lucense.

El estado de ánimo no es el mejor tras una nefasta racha de resultados y Mandiá no dudó en enfatizar que el Alavés acusó "toda la mochila que trae de las últimas jornadas" cuando empezó a sumergirse en una perniciosa dinámica. "No es fácil reaccionar cuando un equipo tiene una racha de puntos que no es buena. Eso repercute en la confianza colectiva", corroboró el preparador albiazul, que también calificó como decisivo el primer gol en contra al filo de la media hora en un momento donde, a su juicio, "no estábamos sufriendo". "Con los cambios, cogimos otra vez una buena dinámica y fuimos a por el partido, pero fue una lástima la ocasión de Jarosik en un saque de esquina", lamentó.

Entre las cosas positivas que vio en tierras coruñesas, enumeró "el ritmo bastante bueno y la actitud positiva tras ir perdiendo", aunque también recalcó de cara al futuro que "a ver si somos capaces de ser más valientes durante todo el partido" para sumar otra vez de tres en tres y levantar el vuelo.

Mandiá no dudó en calificar la situación actual como "complicada", pero instó al colectivo a no venirse abajo ahora que llegan dos partidos en Mendizorroza ante el Lugo y el Eibar que pueden suponer un punto de inflexión en la nefasta racha de los babazorros. "Estoy con ganas y con toda la ilusión del mundo. Hay que ser conscientes de que estamos en una situación difícil, pero hay que ganar cuanto antes. Lo único que tenemos que hacer es trabajar muy duro y estar llenos de optimismo porque lo demás no conduce a nada", concluyó el entrenador gallego, que aseguró que "la sensación es un poco mala" respecto al enésimo percance físico sufrido por Emilio Sánchez en Riazor.