Vitoria. Apenas treinta kilómetros por la N-1 separan Vitoria de Miranda de Ebro y esa es la carretera que casi todos los días recorren, ida y vuelta, un nutrido grupo de jugadores y técnicos del conjunto rojillo con residencia en la capital alavesa y que cuentan con una trayectoria pasada en las filas del Deportivo Alavés. Comenzando por los despachos, descendiendo al césped y hasta entrando en el vestuario, en Anduva se ha creado esta temporada un particular txoko alavesista, y a la vez vitoriano, ya que hasta diez integrantes del club burgalés cuentan con pasado albiazul y algunos más también han elegido la capital vasca como lugar de residencia mientras desarrollan su carrera en la vecina Miranda. No se trata de ninguna novedad con respecto al pasado, ya que históricamente el club rojillo se ha nutrido en tierras alavesas dada la cercanía, pero se hace llamativo que hasta seis de los actuales componentes de la plantilla de Gonzalo Arconada, y su cuerpo técnico casi al completo, tengan pasado alavesista.
Al frente de todos ellos se encuentra el máximo responsable deportivo del conjunto mirandilla, un Carlos Lasheras que se despidió del Alavés por la puerta trasera como secretario técnico pero que ha catapultado al vecino a la élite. En la entidad del Paseo de Cervantes lo fue todo: delantero, entrenador de cantera, responsable de las categorías inferiores, secretario técnico... Una excepcional campaña en Burgos le abrió las puertas del regreso a su sempiterno hogar albiazul de cara al curso 2007-08, pero su duración no fue más allá de una temporada y desde entonces, va para seis años, desempeña con éxito sus funciones en un Mirandés con el que ha conseguido dos ascensos. Cogió los mandos del club burgalés en Tercera en la campaña 2008-09, en la que lo subió a Segunda B. Tras un primer curso de estabilización, en el 2010-11 se quedó a las puertas de un ascenso que logró en la 2011-12 y la temporada pasada logró la permanencia.
seis futbolistas albiazules Uno de los veteranos de la plantilla es un César Caneda que también abandonó Mendizorroza por la puerta falsa tras el descenso a Segunda B y que a punto estuvo de verse obligado entonces a colgar las botas al final de la campaña 2008-09, pero que en las tres últimas temporadas se ha convertido en uno de los héroes de Anduva. En su camino se cruzó un Carlos Pouso que le reclamó primero para el Guijuelo y después para un Mirandés en el que se ha convertido en pieza inamovible en el eje de la zaga, con más de un centenar de partidos a sus espaldas a lo largo de los últimos tres cursos y habiendo acumulado todos los minutos posibles en el presente.
En aquel Alavés del curso 2008-09 que bajó a Segunda B también militaba el guardameta Bernardo Domínguez -estuvo dos temporadas en el primer equipo y unas cuantas cedido con anterioridad-, que se sumó a la disciplina rojilla a mediados de la pasada campaña procedente del Durnfermline escocés. Todavía no ha podido estrenarse en Liga y es el tercer portero del equipo, pero aporta su veteranía.
Gaspar Gálvez también hubo de pasar en Vitoria por el mal trago de un descenso, pero en su caso de Primera a Segunda. Y de convivir con Dmitry Piterman también puede hablar largo y tendido. El cordobés, el último en incorporarse a la disciplina mirandilla, pasó tres años en Vitoria (2005-08) y ahora vive de nuevo en la capital alavesa, donde muchos jugadores que fichan por el club rojillo deciden fijar su residencia por cercanía, comodidad y un mayor acceso a servicios de ocio y entretenimiento. Sus compañeros Iñigo Ruiz de Galarreta y Manuel Lucena, por ejemplo, también han elegido la capital alavesa para vivir. El central andaluz viene a reafirmar el gusto que existe en Anduva por los futbolistas veteranos, ya que esa apuesta por la experiencia ha sido una constante a lo largo de las últimas temporadas y se mantiene en la presente con muchos futbolistas que superan ampliamente la treintena en su carné.
Gaspar y Bernardo vieron debutar con la camiseta del primer equipo a una de las últimas perlas que ha dado Ibaia, un Igor Martínez que tras formarse en la cantera jugó tres cursos en el primer equipo (2007-10) antes de poner rumbo a Bilbao y dejar unos buenos euros en las arcas de Mendizorroza. Su mala suerte con las lesiones durante su estancia en el Athletic le impidió volar alto tras su prometedor despegue y ahora busca reencontrarse con el fútbol en Miranda.
Justo en el verano en el que Igor puso rumbo a San Mamés, Iván Malón pasó a vestirse de albiazul. El lateral derecho solo estuvo una campaña en Vitoria (2010-11) antes de dar el salto a Segunda de la mano del Numancia, pero el grato recuerdo de la ciudad le acompañó y ahora también la ha elegido como residencia.
En el apartado de los jugadores, el último caso con pasado alavesista lo protagoniza un futbolista que ha vivido un proceso diferente, ya que su llegada a Anduva no se produjo previo paso por El Glorioso. No en vano, Asier Barahona jugó como cedido por el Mirandés en Vitoria la pasada campaña y fue protagonista en el ascenso de un equipo con el que ahora vuelve a reencontrarse como rojillo después de haberse ganado un puesto en la plantilla de Gonzalo Arconada.
arconada, rodeado Precisamente al lado del entrenador donostiarra se sienta otra buena pléyade de exalavesistas. Curiosamente, cuando llegó Lasheras a la dirección deportiva del Paseo de Cervantes su propósito fue contratar al propio Arconada, con el que ya había formado una gran pareja en Burgos. Los problemas con la tardanza del club en dar pasos por la entrada en concurso de acreedores propició que el tándem no pudiese repetirse y quien acabó ocupando el banquillo de Mendizorroza fue Josu Uribe. El actual ayudante de Arconada en Miranda, Lluís Codina -otro histórico en Mendizorroza como Lasheras-, colgó las botas en el Eibar y se hizo la mano derecha de Carlos Pouso en Anduva. La responsabilidad con los porteros la tiene Javi Barbero, quien también tuvo un curso de estancia en el Alavés entre dos etapas en Miranda. Completa la terna el preparador físico Adolfo Mínguez, con pasado en las categorías inferiores albiazules.