Vitoria. En el duelo de vecinos de mañana también habrá quien tenga sensaciones especiales en el bando alavesista al reencontrarse con el que en su momento fue su hogar. El caso más evidente lo representa Raúl Junguitu. A finales de 2007, Josean Querejeta realizó una propuesta irrechazable al que por entonces era gerente del Mirandés y lo incorporó al organigrama de Saski Baskonia como mano derecha del por entonces director general de la entidad, Carlos Izar de la Fuente. Con el paso de los años, Junguitu, que en su etapa de dos años y medio en Miranda fue una pieza clave en el crecimiento del club burgalés a través de la mejora del estadio de Anduva, sus instalaciones y los campos de entrenamiento, así como buenos resultados en la gestión económica y un importante incremento en los ingresos por publicidad y patrocinios, fue ganando importancia en la planilla baskonista y desde el desembarco de Querejeta en el Alavés se ha convertido en uno de sus hombres de máxima confianza dentro de las oficinas del Paseo de Cervantes.
Los otros dos alavesistas con pasado rojillo lo tienen bastante más reciente y en Anduva vivieron en el arranque del pasado curso la misma situación por la que están atravesando ahora. Iván Crespo llegó al club burgalés como uno de los mejores guardametas de Segunda B, pero se topó con el fichaje de uno de los mejores porteros de la categoría de plata, Iñaki Goitia. En el mercado invernal fichó por El Glorioso y de nuevo se le abrieron las puertas de debutar en Segunda, una posibilidad que de nuevo ahora le cierra el propio Goitia, uno de los primeros fichajes que cerró para su nuevo proyecto el club vitoriano.
El cancerbero de Barakaldo llegó al recién ascendido Mirandés directamente desde Primera División y fue una de las piezas más destacadas en la permanencia del conjunto rojillo, ya que bajo palos fue indiscutible durante toda la campaña y acabó disputando 41 partidos y siendo uno de los porteros menos batidos de la categoría.
En esa tesitura, y sabiendo que no iba a disfrutar de oportunidades en todo el curso, Crespo decidió cambiar de aires en enero para fichar por el Alavés y convertirse en una pieza fundamental en el ascenso a Segunda, categoría en la que espera estrenarse por fin a lo largo del presente curso.