Vitoria. Avelino Fernández de Quincoces era un presidente con la fecha de caducidad marcada en el envoltorio y aunque su período de mandato se ha ido estirando un poco contra pronóstico después de conseguido el objetivo del ascenso, el actual máximo representante del Deportivo Alavés tiene ya decidido abandonar el cargo y hacerlo con la mayor celeridad posible. Así lo ha transmitido y no sería de extrañar que el del próximo domingo 6 de octubre frente al Hércules fuese su último partido encabezando el palco de Mendizorroza. Eso sí, para ello primero hay que llevar a cabo el proceso sucesorio, lo que podría implicar que ese deseo de salida inminente por parte del presidente se viese retrasado en el tiempo durante alguna semanas más, ya que hallar un sustituto, sea de dentro de la actual directiva o una persona externa fichada a tal efecto, no resulta una tarea sencilla.

La intención de no perpetuarse en la poltrona es clara desde antes incluso de que Fernández de Quincoces accediese al sillón presidencial. Obligado por el sentimiento de lealtad que le une a Josean Querejeta, asumió el encargo de convertirse en el máximo representante de El Glorioso y ha sido una pieza fundamental en el crecimiento de un club que se ha visto beneficiado por su capacidad de persuasión y su don de gentes para cerrar varios acuerdos que serán piezas fundamentales para su futuro. El acuerdo institucional, el patrocinio de Euskaltel, el convenio con el Aurrera o el pacto para la salida de la familia Ortiz de Zárate han llevado el sello de este negociador por excelencia que también fue el máximo valedor de la continuidad de Natxo González en el banquillo y que aún tiene ideas por desarrollar aunque ya sea fuera de la entidad. La fecha marcada para su salida era, en principio, el momento en el que se consiguiese el ascenso a Segunda División, pero el hecho de que varias cuestiones estuviesen candentes hizo que se retrasase una decisión ahora definitiva y que se pretende ejecutar de manera inminente.

La idea de Fernández de Quincoces es dejar el cargo cuanto antes, pero se puede encontrar con el obstáculo de que el proceso requiere de unos tiempos que seguramente vayan más lentos de lo que su propio reloj le indica. Si todo marchase con celeridad, el del Hércules podría ser su último partido encabezando el palco de Mendizorroza, pero parece complicado que toda la trama se desarrolle con semejante prontitud, ya que se precisa de una remodelación en la directiva y de un hombre de la absoluta confianza de Querejeta para liderarla. En todo caso, el proceso no debería extenderse demasiado en el tiempo y el deseo del actual presidente es que concluya cuanto antes una vez que se han resuelto todos los apartados fundamentales para la futura estabilidad insitucional del club.

la opción de trocóniz La primera alternativa para relevar a Fernández de Quincoces en la presidencia pasa por otorgar su cargo a uno de los componentes de la actual directiva, que tras la salida de Javier y Fernando Ortiz de Zárate ha quedado compuesta por otros tres consejeros: Luis Querejeta, Santiago Martínez de Arenaza y Rafael Pedreira. Eso sí, ninguna de estas tres opciones parece factible en estos momentos y la vía alternativa dentro del propio club la representa el actual secretario del consejo, Alfonso Fernández de Trocóniz. Si Josean Querejeta opta por la figura del abogado -ya ha ejercido labores de representación del club a lo largo de las últimas campañas y cuenta con la confianza del mandatario baskonista- no sería necesario designar un nuevo consejero, cuestión que sí sería obligada en el caso de que la presidencia la ocupase uno de los tres actuales miembros de la directiva, ya que la misma tiene que estar compuesta por un mínimo de cuatro personas, presidente incluido.

La tercera vía es buscar fuera del club una persona que se encargue de la presidencia, pero, como es evidente, eso no es tan fácil como poner un anuncio en un periódico. Y es que las características que se precisan para semejante puesto no están al alcance de cualquiera. La primera de ellas, la confianza del propio Querejeta que es quien verdaderamente toma las decisiones a pesar de no figurar en el consejo de administración de la entidad, es la principal, por lo que quien asuma el cargo deberá ser un hombre ligado a su figura.

De cómo culmine este proceso de relevo dependerá el tiempo que Avelino Fernández de Quincoces siga siendo presidente de un Alavés que perderá de esta manera una figura que, siempre sotto voce, ha sido una pieza trascendental para que el club consiga esa estabilidad que en tiempos anteriores le había faltado. Y a la que una falta de pasión inicial que se ha ido modulando hacia un sentimiento alavesista profundo no le ha impedido en ningún momento llevar a cabo una gestión sobresaliente y haber sido un digno embajador de El Glorioso allí a donde ha acompañado al equipo.