Vitoria. El skyline de Vitoria ha estado marcado desde hace años por las archiconocidas cuatro torres. Las cúspides de la Catedral de Santa María y de las iglesias de San Miguel, San Pedro y San Vicente han sido tradicionalmente las siluetas sobresalientes por su altura en el cielo de la capital alavesa. Recientemente, con las construcciones de viviendas con estética de rascacielos en los barrios de Zabalgana y Salburua, la ciudad ha ido ganando en altura. Y en esa misma línea ascendente, en esa búsqueda de centímetros, también se ha movido el Deportivo Alavés a lo largo del verano. Y es que las nuevas torres vitorianas se visten de azul y blanco y habitan entre Ibaia y Mendizorroza. Los 194 centímetros del último fichaje, Jiri Jarosik, suponen el techo de una plantilla en la que Natxo González cuenta con unos cuantos pívots.
Cierto es que en el fútbol la altura no es tan importante como en otros deportes, pero no deja de ser una cualidad bastante favorable en determinados aspectos del juego, sobre todo en las acciones a balón parado. Eso de jugar con todo pequeños es una cuestión que solo puede asumir un equipo como el Barcelona. Para el resto de los mortales del planeta balompié, contar con algunos jugadores de buena planta es indispensable. Incluso el susodicho Barça ha sufrido en muchas ocasiones, sobre todo en acciones a balón parado, por su falta de centímetros, una cualidad bastante importante a nivel defensivo, pero que también resulta fundamental en la ofensiva.
En el apartado de los centímetros, no se puede quejar Natxo González. Jarosik es la cúspide del equipo, pero ya antes de la incorporación del central checo se habían juntado en la plantilla varios jugadores de buena talla. Y es que Mauro Quiroga, todo un tanque, se encuentra en el 1,91, mientras que Goitia, Crespo Mora y Nano se encuentran por encima del 1,85 y tanto Viguera como Luciano lo rozan. El incremento con respecto a la pasada temporada ha sido notable, ya que entonces el techo lo marcaban Javi Hernández y Juanma Delgado con sus 188 centímetros.
En este sentido, parece bastante claro que se han buscado futbolistas de buena talla, sobre todo para la defensa y también para la referencia ofensiva. El caso de los centrales puede ser algo habitual en casi todos los equipos, pero lo que queda claro es que en la punta a Natxo González le gustan los nueves clásicos, los tanques. Ya lo fue Juanma el curso pasado y ha de serlo Quiroga en el presente. Jugadores de altura y cuerpo, con capacidad para bajar el balón, jugarlo de espaldas, aguantarlo y, cómo no, ser amenazas rematadoras en los centros desde las bandas. Arriba, Viguera ya sacó buen provecho el pasado sábado de su 1,84 para marcar un gol de cabeza, pero en el centro del campo y en las bandas la tendencia pasar por jugadores más enjutos siendo los extremos más técnicos y los mediocentros más físicos.
También en la portería se ha apostado desde la llegada de Natxo González por porteros de buena talla y con Goitia se mantiene la tendencia, aunque donde el equipo ha ganado muchos centímetros esta temporada es en la zaga. Jarosik (1,94), Pepe Mora (1,87) y Luciano (1,84) ponen esa altura necesaria para defender las acciones a balón parado y también para aportar contundencia en los balones frontales, siendo Ortiz quien completa el cuarteto con una estructura física un poco diferente, ya que en su caso se apuesta por la velocidad y la precisión en la salida del balón. También en la banda izquierda, con Nano (1,86), hay muchos centímetros, mientras que Manu García, un poco más bajo, es un especialista en el juego aéreo. La parte baja de la defensa queda en el lado de Rubio y Medina, más menudos pero que aportan mucha velocidad, una virtud que no suele ir asociada a los futbolistas más altos.
Esta presencia de centrales muy altos supone un arma doble, ya que los centímetros son beneficiosos tanto para las tareas defensivas como para las ofensivas. El juego a balón parado se ha convertido en uno de los aspectos fundamentales del fútbol y si bien contar con muchos jugadores altos no asegura nada está claro que puede llegar a facilitar las cosas si se trabaja bien. Natxo González siempre ha apostado por subir a sus hombres más altos en las jugadas de estrategia y ahora cuenta con varios efectivos de calibre para este tipo de acciones tan determinantes. En este sentido, el Alavés ha apostado por lo alto y ya cuenta con sus particulares torres que ahora tienen que convertirse en factores determinantes a la hora de aportar seguridad defensiva y peligro en el ataque.