vitoria. El meritorio 1-1 conseguido por el Deportivo Alavés en Jaén no sentó nada bien a la bulliciosa hinchada local, que decidió pagar su frustración por el gol marcado in extremis por Borja Viguera con un comportamiento poco ético y ejemplar una vez el colegiado murciano Melgares de Aguilar Fernández decretó el final del encuentro. Y es que varios desconocidos llevados por un sentimiento de ira la emprendieron a pedradas con los varios autobuses que transportaron a alrededor un millar de aficionados alavesistas hasta tierras andaluzas. Como consecuencia de ello, varias lunas de los vehículos fueron rotas con la consiguiente necesidad de que fueran reparadas antes de emprender el maratoniano desplazamiento de vuelta.

Con el fin de que los incidentes no pasaran a mayores, los diferentes cuerpos de policía que velaron por la seguridad decidieron retener por espacio de varios minutos a los seguidores gasteiztarras en el campo de La Nueva Victoria cuando finalizó el duelo. Más allá de esos aislados incidentes que en ningún momento obligaron a emplear la fuerza, la jornada transcurrió sin ningún problema y el alavesismo se dejó sentir en Jaén. Avelino Fernández de Quincoces, que vivió casi en primera persona el pequeño bochorno, mostró su indignación a los rectores del equipo local.

Los autobuses de los aficionados acabaron con los cristales rotos. Foto: a.l.

Más allá de estos aislados incidentes, la convivencia no deparó ningún problema