Vitoria. El Deportivo Alavés se encontrará el domingo con la amenaza de un viejo conocido del que ya pudo disfrutar durante una temporada en la que con sus dianas alimentó las esperanzas de ascenso albiazules. Con cuentagotas, repartiendo sus goles por aquí y por allá, pero sin llegar a asentarse en ningún sitio. Hasta ahora. La carrera profesional de Fernando Esparza, que esta misma semana ha cumplido 34 años, está marcada al mismo tiempo tanto por su capacidad para definir de cara a la portería rival como por su incapacidad para encontrar un hueco fijo en la multitud de equipos en los que ha ido militando a lo largo de su dilatada trayectoria profesional. En lo primero, es su idílica relación con el gol, no ha cambiado el mediapunta navarro, que, eso sí, ha encontrado en el Tudelano la estabilidad que le ha faltado en toda su carrera, incapaz de aguantar más de una temporada con la misma camiseta.
Precisamente, al conjunto ribero desembarcó Esparza después de haber firmado una campaña notable en Vitoria que quedó deslucida por un final de curso en el que apenas tuvo participación. Hasta nueve dianas firmó a las órdenes de un Miguel Ángel Álvarez Tomé que en el tramo decisivo dejó de contar con su participación en el equipo. Por contrato, el navarro se hubiese asegurado la continuidad de haber disputado veinticinco partidos oficiales -con un mínimo de 45 minutos en cada uno de ellos-, pero se quedó a dos de esa cifra y, tras haber marcado nueve goles como albiazul, se vio obligado a hacer de nuevo las maletas en busca de nuevo destino.
Pese a su excepcional trayectoria, asegurando una buena cantidad de goles en cada uno de sus equipos y con tres presencias consecutivas en el play off durante las campañas precedentes, ningún equipo de Segunda División B llamó a las puertas de Esparza con los argumentos suficientes como para convencerle. No quedó otra que acercarse a casa y rebajar el escalón competitivo para engrosar las filas del Tudelano, un histórico de la Tercera División siempre aspirante sin premio el la pelea por el ascenso. Sus quince goles la pasada temporada fueron fundamentales para subir a Segunda B y los once que ha conseguido en la presente, asentado en el club ribereño, han sido muy importantes para que el cuadro navarro se haya salvado con holgura y se encuentre aspirando ahora a la Copa del Rey.
Sigue haciendo Esparza lo que ha hecho toda su vida. Desde la mediapunta, llegando siempre desde atrás y sorprendiendo a las defensas rivales, el de Puente la Reina siempre se ha caracterizado por su capacidad para definir en los metros finales. Como si fuese invisible, como si flotase en el área, sus apariciones en los metros finales siempre han ido asociadas al peligro. Un rematador en estado puro que une a ese talento una espectacular definición desde el punto de penalti. No se puede decir que sea uno de esos jugadores que se ponen nerviosos. Ni mucho menos. La frialdad en su juego, la sensación de apatía, de parecer que la cosa no iba con él, era la habitual. Pero esa sensación cambiaba radicalmente cuando aparecía en el área con la portería entre ceja y ceja, donde era y sigue siendo un rematador letal.
Así, prácticamente a destino por año, ha ido regando con sus goles prácticamente la totalidad del mapa ibérico. Los alavesistas más jóvenes le recordarán de su reciente etapa en Vitoria, pero los veteranos ya le vieron jugar hace tiempo (temporada 2002-03, cuando tenía 23 años) en el Aficionados en la propia categoría de bronce. Aquella temporada firmó cinco goles, una de sus cifras más bajas en la categoría, después de haber firmado los doce que siguen siendo su tope en la campaña anterior con el Aurrera, al que llegó procedente de las categorías inferiores del Athletic.
A partir de entonces, Burgos, Algeciras, Reus, Puertollano, Lleida y Orihuela para llegar mediada la temporada 2008-09 a Jaén, donde permaneció año y medio, todo un récord hasta ahora con sus dos temporadas consecutivas en la Ribera navarra, y disputó dos play off de ascenso, los dos primeros de su carrera consecutivos quedándose a las puertas de Segunda División en un primer intento en el que consiguió tres dianas. Después llegó su paso por el Alavés y ahora se ha asentado en Tudela, donde sigue marcando diferencias con su poderío goleador.