Vitoria. El calendario alcanza la fecha del que desde hace tiempo está fijado como el partido decisivo de la temporada, aunque puede que finalmente no lo sea tanto. La presencia de un tercer invitado, el Eibar, en lo que parecía que iba a ser un mano a mano entre Deportivo Alavés y Bilbao Athletic provoca que el duelo en San Mamés no sea una final en toda regla, aunque sigue siendo un compromiso decisivo. El Glorioso tiene la oportunidad de seguir marcando el territorio, de eliminar definitivamente a un rival directo y de poner contra las cuerdas al otro, ya que el cuadro armero no podría permitirse un tropiezo en su visita a Lleida si los albiazules ganan esta tarde. Eso sí, si los de Natxo González no pueden con los cachorros, al Eibar se le abrirían de par en par las puertas del liderato. La pequeña línea que distingue el cielo del infierno es la que podrá atravesar el Alavés en apenas noventa minutos.

A la marcha triunfal de los vitorianos solo le falta el colofón que sirva para sellar definitivamente el primer puesto. Solo la amenazadora persecución de Eibar y Athletic le aleja de ese objetivo y la victoria en Bilbao sería determinante para eliminar a los rojiblancos y para poner en serios aprietos a los guipuzcoanos, a los que el fallo les estaría vedado en Lleida.

Necesita Natxo González que su equipo recupere su mejor versión, aquella que por los meses de octubre y noviembre avasallaba rivales. En aquellos albores de la temporada cimentó el Alavés un liderato que ahora ha sabido conservar gracias a esa red tejida a base de esfuerzo que le ha permitido mantener el puesto de privilegio a pesar de la irregularidad de las últimas semanas.

Hay muchas dudas acerca de lo que pueda plantear el técnico vitoriano en San Mamés. Está la tradicional opción del 4-2-3-1, el sistema más utilizado, pero tampoco sería extraño que el preparador albiazul volviese a apostar por la composición de tres centrales, otorgando más profundidad a los dos laterales para que fortalezcan al equipo en una batalla en el centro del campo que se antoja fundamental para el devenir del partido. Si bien es cierto que esta opción ha sido un recurso en campos de dimensiones reducidas, no menos cierto es que también se echó mano de la misma en un escenario como el Camp Nou.