Vitoria. Cuando los éxitos llegan acompañados de un importante sufrimiento previo acostumbran a dejar un sabor de boca mucho más dulce y esto es lo que experimentó en la noche de ayer el Deportivo Alavés. El cuadro vitoriano firmó su quinta victoria consecutiva manteniendo el pleno de la vigente temporada, pero debió sudar lo suyo para mantenerse vivo en la Copa del Rey. Así lo reconoció sin ambages el técnico albiazul, Nacho González, quien se mostró "satisfecho" por haber sacado adelante un duelo "muy, muy delicado".

El preparador vitoriano destacó la fortaleza de un adversario "muy bien estructurado y muy fuerte en el cuerpo a cuerpo, donde ha sido superior" y el hecho de afrontar el tercer choque seguido en Mendizorroza -limitado además por diferentes problemas físicos- como las principales dificultades a las que tuvo que sobreponerse El Glorioso. Todos estos obstáculos, sin embargo, fueron superados para poder acabar celebrando el acceso a la tercera ronda del torneo del K.O.

González reconoció que al Alavés, especialmente en el primer periodo y pese a haberse puesto por delante en el marcador muy pronto, le costó "encontrar el balón para controlar el juego". Tras el descanso, no obstante, "dimos el pase adelante necesario" para volver a desequilibrar la balanza.

Para ello, eso sí, el equipo tuvo que echar mano de una de las virtudes que ha mostrado hasta el momento. No desfallecer hasta conseguir su objetivo. "Claro que sabemos sufrir. Si no, nos quedamos en casa porque es algo básico. Después, las cosas podrán salir mejor o peor pero por nuestra parte no puede quedar", significó el técnico albiazul. Por último, apuntó también que el Alavés tenía que "gestionar bien el esfuerzo y el desgaste" para tratar de aprovechar el previsible bajón físico de su oponente.

El entrenador del Sanluqueño, Pedro Buenaventura, por su parte, se mostró satisfecho con el rendimiento de sus discípulos pese a la derrota final. "Hemos hecho un partido digno poniéndoles las cosas difíciles".