Vitoria. El nuevo Deportivo Alavés de Nacho González tiene hambre. El preparador vitoriano se ha propuesto dotar al equipo de un nivel de exigencia máximo, acorde con el que se fija para su propia labor. Y quiere que quede reflejado en cada partido, sea cual sea la competición en la que se esté compitiendo. González dejó muy claro ayer, tras el entrenamiento del plantel albiazul en las instalaciones de Ibaia, que el Alavés no va a tirar la Copa del Rey. Va a encarar cada partido con la máxima ambición para lograr el segundo objetivo que parece haberse fijado la entidad albiazul para la campaña que acaba de arrancar.

El premio gordo en el torneo del ko no lo encarna un trofeo, sino una suculenta taquilla. La que podría derivar de un enfrentamiento ante uno de los gallos de Primera o, en su defecto, ante alguno de los vecinos Real Sociedad o Athletic en las rondas avanzadas de la competición. "Nuestro objetivo en la Copa del Rey es poder jugar un partido de ese calibre", reconocía el técnico gasteiztarra. "Sería bueno para el club, bueno para nosotros y bueno para la afición. Ese es nuestro objetivo final", insistía. Aunque advertía al mismo tiempo de que para lograrlo "hay que ir cumpliendo objetivos parciales".

El primero de ellos está a la vuelta de la esquina. El equipo albiazul debuta mañana en Copa frente al Catarroja. Y González redunda en su discurso en torno a un concepto que tiene mucho valor para esta versión renovada del Glorioso. "Vamos a afrontarlo con la máxima exigencia", aseveraba el técnico, que tiene previsto llevarse a todos los jugadores disponibles, que en realidad son todos salvo el central Agustín, a la cita frente al combinado valenciano.

El entrenador albiazul, que no quiso dar ya más vueltas al triunfo del pasado sábado en Lasesarre, podrá contar en el debut copero con Ayala y Urtzi, que ayer se pudieron ejercitar ya junto al resto de sus compañeros. El central que ha llegado procedente del Fútbol Club Barcelona podría incluso disputar sus primeros minutos con la camiseta alavesista. El guardameta, en cambio, sólo se estrenará en partido oficial si media alguna circunstancia indeseada, ya que el propio Nacho González confirmó ayer que Miguel volverá a iniciar el partido bajo los palos. "Urtzi estará para poder competir. Las sensaciones son mejores pero no hay necesidad de arriesgar lo más mínimo", explicó el técnico.

Poco amigo de buscar excusas a las que asirse o de hacer espacio a los paños antes de las vendas, el preparador albiazul ya avisó a los ojos de los periodistas congregados en Ibaia que ni el viaje ni cualquier circunstancia asociada a la climatología o el terreno de juego valdrán como disculpas si su equipo no logra regresar de tierras valencianas victorioso. "Sí, tenemos un viaje largo. Pero es lo que hay. No vale lamentarse. Saldremos mañana prontito para entrenar a la tarde y recuperarnos lo mejor posible", adujo.

En cualquier caso, sí reconoció que el de mañana ante un Catarroja que se estrenó con derrota en Liga este pasado fin de semana resultará "incómodo". "En fútbol todo puede ocurrir. Lo vemos cada año y cada jornada. La teoría no sirve de nada. En una Liga al final están los que tienen que estar arriba, pero a un partido puede pasar cualquier cosa. El partido será incómodo, por el potencial del rival, por el terreno y por sus dimensiones", enumeró González. Aun así, el objetivo parece claro. En el seno del club vitoriano se le confiere al duelo de mañana casi la misma importancia que la que puede tener cualquier cita liguera.

La clave para que el Alavés no se vea sorprendido por un rival de menor entidad residirá en gran medida en la concentración y en la capacidad de los jugadores albiazules para no verse sorprendidos en las jugadas a balón parado. "Habrá muchas situaciones que debemos controlar y que te pueden poner por detrás en el marcador, que es lo que debemos evitar, porque luego es difícil recuperar esa desventaja", concluyó el técnico, que trata de contagiar su ambición a un equipo que poco a poco moldea a su imagen y semejanza.