Vitoria. Uno de los referentes del alavesismo más glorioso, el de los estertores del siglo XX y los inicios del XXI, dijo ayer adiós a los terrenos de juego. Y lo hizo con el corazón. O quizás sería mejor decir que por el corazón. Y es que ha sido precisamente un problema cardiaco el que ha obligado a Iván Alonso a despedirse a los 33 años de lo que ha sido su vida hasta el momento. Visiblemente emocionado pero con su decisión final muy clara, el potente delantero uruguayo -casado con una vitoriana- anunció la noticia que jamás le hubiese gustado dar. "Tengo decidido no continuar más en el fútbol", exclamó el jugador del Toluca, el equipo mexicano donde ha militado en la última temporada. Su renuncia viene precedida por el cateterismo al que tuvo que someterse el miércoles, minutos después de sufrir un desvanecimiento mientras completaba una prueba de esfuerzo en la playa de Acapulco.
"Es una decisión personal y más aún familiar", prosiguió. "Me lo han pedido mi mujer y mi mamá de rodillas", detalló para evidenciar la preocupación que en su seno más personal existe acerca de su estado de salud. Pese a que el jefe de los servicios médicos del Toluca calificase de "muy alta la probabilidad de que pueda jugar sin problemas", Iván Alonso ha preferido no esperar a la segunda prueba que se le realizará el martes para compararla con el cateterismo. "Da igual el parte médico que se dé", afirmó contundente.
Alonso conoce a la perfección los riesgos que entraña en el fútbol cualquier anomalía cardíaca. "A mí se me murió un compañero en mis brazos por problemas cardíacos", dijo rememorando el fallecimiento de Dani Jarque, capitán del Espanyol cuando Iván Alonso vestía sus colores en 2009. En este caso, la altitud a la que disputaba sus partidos de local el Toluca, 2.680 metros sobre el nivel del mar, le provocaban "dificultades para respirar", lo que ha acelerado sobremanera su prematura decisión de colgar las botas.
Iván Alonso es natural de Montevideo, la capital de Uruguay, aunque desarrollo la práctica totalidad de su carrera en España. En el año 2000, dos después de debutar en la Primera División Mexicana con el River, el Alavés le abrió las puertas de Europa. Con el club albiazul compartió cuatro años que le regalaron un subcampeonato de la UEFA y un descenso a Segunda. En 2004, tras expirar su contrato con el plantel de Mendizorroza y coincidiendo con el desembarco de Piterman en el club, el Murcia le contrató como uno de los estandartes para retornar a Primera.
En La Condomina permaneció un lustro en el que fue partícipe de un ascenso a Primera y el retorno a la categoría de plata una campaña después. En 2009, y con una deuda económica importante del club con él, abandonó el equipo con 48 goles, el quinto mejor registro en la historia pimentonera, para recalar en el Espanyol. Tras dos campañas en el conjunto catalán, Alonso puso fin a su estancia en España y regresó a Sudamérica, concretamente a las filas del Toluca mexicano, donde consiguió hacerse con el pichichi en los Torneos Apertura de 2011 y Clausura de 2012 -este último compartido-, con 11 y 14 goles respectivamente. Ahora le toca perseguir otros objetivos. "El fútbol ya no me importa. Hasta hace poco era mi vida y le he dado todo", finalizó con tristeza el delantero.